Los dos acusados de la muerte de Anabel ofrecen versiones contradictorias
La titular del Juzgado de Instrucción numero 1 de Illescas (Toledo) sentó ayer por primera vez, cara a cara, a los dos hombres acusados del secuestro y la muerte de Anabel Segura: Emilio Muñoz Guadix, de 38 años, y Candido Ortiz Añón, el Candi, de 35. Hace cuatro meses que cada uno está preso en Valdemoro y Alcalá-Meco, respectivamante. No se habían visto -ni hablado- desde que el 29 de septiembre participaron en la búsqueda del cadáver de Anabel en una fábrica de cerámica de Numancia de la Sagra (Toledo). El careo, convocado para establecer el grado de implicación de ambos, duró tres horas, en las que fueron reconstruidas las últimas horas de la joven estudiante.
La juez Manuela Hernández preguntó ayer a los dos imputados sobre todos los hechos ocurridos en el intervalo de siete horas que mediaron entre el secuestro de Anabel en la urbanización de La Moraleja (Alcobendas) el 12 de abril de 1993, y su muerte, fijada por la investigación policial en la noche de este mismo día. "Han sido preguntados sobre todos los puntos, desde el principio al fina¡", convinieron ayer los defensores de ambos imputados.Con anteriodidada al careo, Cándido Ortiz ha negado reiteradamente haber asesinado a Anabel. Asegura que sólo participó en el secuestro. Emilio, en cambio, sí que ha reconocido ante la policía su participación en el crimen, pero ha mantenido que su compañero también intervino. Esta era la discrepancia que ayer debía ser aclarada.
Gabriel Moreno, abogado de Candido Ortiz, indicó que los dos hombres -amigos de antiguo- dieron versiones contradictorias, "corno es lógico en estos casos".
La defensora de Emilio Muñoz, Emilia Zaballos, confirmó la existencia de imprecisiones. Ninguno de los dos abogados especificó en qué puntos los dos hombres acusados del secuestro y el estrangulamiento mantuvieron versiones distintas.
La juez de Manuela Hernández advertió ayer a los representantes de los imputados de la responsabilidad civil en que incurrirían si violaban el secreto del sumario. Así excusaron los abogados defensores la cautela de sus palabras después del careo, que terminó a las siete de la tarde. Ambos habían sido más explícitos cuando llegaron a la cita en el juzgado.Así, al llegar a las cuatro de la tarde a la sede judicial, la defensora de Emilio Muñoz manifestó que defendería la coparticipación de los dos hombres en el secuestro y muerte de Anabel Segura. [Felisa García, su esposa, fue puesta en libertad este fin de semana, después que Emilio Muñoz la exculpase de cualquier responsabilidad. La mujer había prestado su voz para suplantar a la de Anabel en una llamada al domicilio de la familia Segura para acordar el rescate. Emilio reconoció en las diligencias del pasado sábado que la había obligado a poner su voz.]Compañeros de correrías
Cándido y Emilio fueron compañeros de correrías en los años 70, de las cuales quedó huella en los registros policiales. Por su parte, el abogado de El Candi criticó que había sido citado con dos días de antelación por la juez, sin conocer detalles del sumario, y dio a- entender que por estos motivos no había establecido una línea previa de defensa.
El Candi estuvo asentado en el pueblo toledano de Escalona entre 1992 y 1995, como fontanero. En esos años, Emilio vivía en el cercano pueblo de Pantoja, donde su esposa Felisa García regenta una churrería.
Existe una grabación policial, efectuada. durante las pesquisas anteriores al hallazgo del cadáver, de una conversación de Felisa en la que decía a su cuñado Alfonso que Emilio había matado a la estudiante.
El Candi ha relatado en el interrogatorio policial y judicial previo al careo de ayer haber sido inducido por Emilio a cometer el crimen
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