Paro: el último invitado al crecimiento económico
España cuenta con el triste récord de ser el país de la Unión Europea que soporta la mayor tasa de paro, así como los porcentajes más elevados en desempleo juvenil, paro de larga duración y trabajadores eventuales. El paro, tal como ha lamentado muchas veces el secretario general de Empleo, Marcos Peña, es el último invitado al crecimiento económico, y el primero cuando llegan las recesiones. En esta campaña electoral, la creación de empleo se ha convertido, por primera vez, en la prioridad de los programas, aunque se observa la ausencia de soluciones nuevas. Los partidos demuestran ahí su impotencia para enfrentarse a este problema estructural; las principales fuerzas políticas han optado por ofrecer un gran pacto y por comprometerse a convocar a la patronal y a los sindicatos para debatir entre todos, que se puede hacer.
Todos los sondeos dicen que el paro es el problema. que más preocupa a los españoles. Y es también el que afecta a un mayor número de ciudadanos: 3.579.340 parados, según la Encuesta de Población Activa del cierre de 1995, de los que sólo 1.350.000 cobran prestación por desempleo o subsidio. La tasa de paro respecto a la población activa asciende al 22,7%, la más alta de toda la Unión Europea. El porcentaje es todavía más elevado entre los jóvenes de entre 16 y 25 años que quieren trabajar. Ahí, casi la mitad del colectivo (el 42%) está en el desempleo.Pero, sobre todo, los sucesivos datos oficiales demuestran que cada vez se están creando más bolsas de marginación. Ese riesgo es algo más que una hipótesis para las 707.160 personas que llevan en desempleo más de tres años (un 19,7% del total de parados) y para las 973.050 familias en las que todos sus miembros están desocupados. Al inicio de esta legislatura, los hogares donde todos sus inquilinos estaban en paro eran 949.500. Ahora son 23.550 más, lo que supone un aumento del 2,4%. Y las personas que perdieron su empleo hace tres años o más eran 481.490 en junio de 1993, mientras que al cierre de la legislatura la cifra ha aumentado en 225.670 ciudadanos (el 47%).
El paro de Iarga duración -más de un año buscando activamente empleo, según la definición de la Unión Europea-, afecta a un 56% de los desempleados y supone un total de dos millones de personas. El de muy larga duración -los que buscan empleo más de dos años-, 1,2 millones de ciudadanos (el 34%). Esos porcentajes crecen en parados de edad más avanzada, sobre todo entre los mayores de 55 años.
En el conjunto de la etapa socialista, desde 1982 hasta finales de 1995, se han creado 1.026.160 empleos, de forma que la población ocupada inicial de 11.116.500 personas ha crecido hasta 12.142.500. Pero esos empleos nuevos no han sido suficientes para absorber el incremento de 2.100.000 activos -personas en edad y disposición de trabajar- y el desempleo no se ha reducido: el número de parados ha aumentado en 1.230.000 y ha pasado de 2.349.000 a 3.579.000 personas.
Además de enfrentarse al paro, el Gobierno que salga ratificado en las urnas el próximo domingo debe analizar unas cifras de eventualidad que todos los partidos califican de preocupantes y que se han disparado con las dos reformas laborales de 1984 y 1994.
En estos momentos hay 3.115.340 contratados temporales y el porcentaje de eventuales sobre el conjunto de los asalariados se sitúa en el 34,5%.
Enfermera en paro
Consuelo Hernández, de 57 años, es director de la Oficina ole Información y Defensa de los Parados de CC OO, creada en 1988 y por la que cada día pasan decenas de desempleados cargados de ansiedad y angustia en busca de una salida y de conocer cuáles son sus derechos. ¿Qué espera del nuevo Gobierno? No mucho; y confía en que las reformas no se vuelvan a concentrar en recortar las prestaciones de desempleo. Hernández añade: "Quienes afirman que la prestación por desempleo desincentiva la búsqueda activa de trabajo están fuera de la realidad, por no entrar en otros calificativos". Casi la mitad (el 43%) de las personas que han pasado en el último año por esa oficina cobran prestación de desempleo. Y el 73% no están afiliados a CC OO. "Eso prueba", afirma, "que los sindicatos sí nos ocupamos de los parados y de los no afiliados".
Asesor de parados
Mónica Rodríguez tiene 24 años, y desde los 18 ha trabajado de dependienta, promotora, telefonista, camarera, asistenta... Con contratos de seis o de tres meses, ha ido pasando de la eventualidad al paro y vuelta a empezar. Desde 1994 no ha tenido ningún contrato y sale de casa por las mañanas para buscar empleo, "dispuesta a trabajar en lo que sea". Ello la ha revestido de una gran desesperanza y confía poco en ciue el nuevo Gobierno solucione el problema del desempleo. No está siguiendo la campaña electoral, y cuando los políticos salen en televisión cambia de canal: "Prefiero no oír promesas que luego no van, a cumplir". Pese a todo, quiere que se produzcan un cambio y una nueva política que se ocupe más de los jubilados, de los parados y de los jóvenes matrimonios en su situación. Ella y su marido se ven obligados a vivir en casa de la abuela.
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