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ASESINATO EN BAGDAD

La oposición iraquí en el exilio predice más derramamiento de sangre

La oposición en el exilio se lanzó anoche a analizar, condenar y presentar el asesinato de los yernos desertores de Sadam Husein como el prólogo de un inevitable conflicto final en Irak con más derramamiento de sangre iraquí. Los comunicados de las más dispares organizaciones que luchan contra el régimen de Bagdad y las versiones que por teléfono compartían algunos conocedores de los entresijos del drama iban desde el endurecimiento de las sanciones internacionales contra Irak hasta los más detallados informes de los últimos momentos del general Husein Kamel y de su hermano.

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Uno de ellos desafiaba la creencia de que fueron muertos en un enfrentamiento y señalaba que los otros dos muertos, a los que Irak reservó un homenaje de mártires de la patria, eran en realidad dos primos protectores del binomio en desgracia, aunque anoche no se había podido comprobar este extremo ni parece que pueda confirmarse en el futuro."En la familia de Sadam predomina el sentimiento de confusión y desconfianza. Las llamas que arden dentro del palacio terminarán consumiéndolo tarde o temprano", declaró en Damasco Wafic al Samerai, un ex jefe de los servicios secretos iraquíes desde hace años asilado en Siria. "Éste es un mensaje para todo el mundo. No se puede confiar en Sadam Husein", agregó.

Bayan Jabr, portavoz del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, pronosticó, por su parte, que Sadam va a comenzar una purga seria entre su parentela ahora que es perfectamente consciente de que no puede confiar ni en su propia familia.

"El general Husein Kamel tenía muchos admiradores dentro del palacio presidencial, dentro del Ejército y entre los Guardias Republicanos. Por eso hay que temer que se produzcan represalias en esos círculos próximos al poder supremo", declaró Bayan Jabr.

Los atemorizados grupos de oposición parecían estar de acuerdo en que la pauta del futuro político inmediato en Irak la va a dar la conducta (casi siempre errática) de Udai Husein, el poderoso hijo del presidente iraquí.

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"Udai no es de los que perdonan", comentó anoche un miembro del llamado Congreso Nacional Iraquí (CNI), la organización opositora con base más o menos permanente en el Reino Unido y en Estados Unidos. "Emprenderá una campaña que podría dejarnos sin elementos de contacto en el interior del país", agregó.

Desconfianza

Ahmad Chalabi, también del CNI, dijo que la deserción y su epílogo demuestran que nadie cerca del dictador puede inspirar confianza entre los adversarios del régimen. "Todos tienen las manos manchadas de sangre iraquí y en su momento fueron los artífices de los designios de Sadam", subrayó.Los planes de la oposición parecen de momento confinados a una agenda plenamente en manos de Jordania. El rey Hussein proyecta presentar el caso iraquí en su próxima reunión con el presidente nortamericano, Bill Clinton, en Washington. "Hablarán de una nueva y más vigorosa estrategia capaz de producir cambios tangibles en Irak", dijo una fuente próxima al palacio real en Aminán.

Analistas políticos advertían, sin embargo, que el rey jordano podría estar embarcándose en una aventura demasiado arriesgada, dada la simpatía popular que se respira en Jordania hacia el régimen de Bagdad. ¿De pronto, el caso de los desertores y su. infame destino podría estallar como un reproche a la corona y alimentar el clima de inestabilidad", comentó un veterano periodista jordano.

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