El príncipe Felipe presidió el funeral de Tomás Valiente
El príncipe Felipe presidió ayer en Madrid los funerales del que fuera su profesor en la Universidad Autónoma de Madrid Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA el pasado 14 de febrero. Las honras fúnebres por el ex presidente del Tribunal Constitucional se celebraron en la catedral madrileña de la Almudena, que albergó por primera vez un acto de estas características, y fueron oficiadas por el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco. El último adiós a Tomás y Valiente congregó en el templo a más de 2.000 personas.El prelado de Madrid destacó durante la homilía la repugnancia del pueblo español por la violencia, "repugnancia connatural al hombre cuando su mente y su corazón no están viciados por ideologías inhumanas o corrompidos por el odio".
Al funeral acudieron numerosas personalidades de la vida política y social, y destacados miembros del Consejo de Estado y de la Universidad Autónoma. En los primeros bancos de la catedral estaban los presidente del Congreso y el Senado, Félix Pons y Juan José Laborda; Pascual Sala, presidente del Consejo General del Poder Judicial; Fernando Ledesma, presidente del Consejo de Estado; los ministros Juan Alberto Belloch, Luis Atienza, Javier Gómez Navarro y Carlos Westendorp; los ex presidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, y otros representantes políticos, como Joaquín Almunia, Rodrigo Rato, Enrique Múgica, Diego López Garrido, Rodolfo Martín Villa, Ángel Pérez, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez.
Durante la homilía, Rouco hablé de la muerte de Tomás y Valiente como '"fruto del asesinato premeditado, del crimen horrendo de aquellos que han sembrado el terror y quieren seguir sembrándolo en España". Del ex presidente del Tribunal Constitucional valoró que era un "servidor de la justicia y del derecho en todo su largo y fecundo camino de ciudadano y jurista insigne". Recuperó una frase del pasaje de las lecturas de San Lucas para. remachar: "El que odia a su hermano -aún sin matarlo- es un hornicida". Y luego pidió porque se abra "el corazón de los asesinos a su gracia, y se conviertan a una conducta humana y dejen de matar".
A la salida del templo, Quico, el hijo periodista de Tomás y Valiente, agradeció las numerosas muestras de solidaridad recibidas por la familia en los últimos días. Por la mañana, el joven había acudido a la Audiencia Nacional, donde el juez Baltasar Garzón le entregó los efectos personales de su padre. El magistrado le hizo el preceptivo ofrecimiento de acciones para que la familia se persone como acusación particular en la causa abierta por el crimen.
Entre los efectos personales que el juez entregó al hijo de Tomás y Valiente en un sobre blanco figuraban entre otros objetos el reloj, una alianza, una cadena con una medalla y una cartera. Asimismo le fue entregado un cuadro que estaba en el despacho de su padre y que fue alcanzado por una de las balas que disparó el etarra Jon Bienzobas.
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