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LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA PASA A LA HISTORIA

Acciones desafortunadas

Los jóvenes arquitectos Casariego, Arean y Vaquero enviaron más de doscientas encuestas a profesionales de prestigio para hacer su libro de edificios perdidos. Estos son algunos de los ejemplos de lo que ellos denominan oportunidades perdidas" o acciones desafortunadas".Mercado de Olavide. Lo que ahora es la plaza de Olavide, en el distrito de Chamberí, fue hasta 1974 un mercado proyectado por Javier Ferrero. "Uno de los ejemplos más brillantes de la arquitectura racionalista madrileña", comentan los autores. "Su desaparición, mediante voladura controlada, sirvió al menos para que parte de la población tomara conciencia del problema de la destrucción del patrimonio arquitectónico de la ciudad", añaden.

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La piqueta llegó antes que el plan

Gasolinera de Porto Pi. En 1927, Casto Fernández-Shaw proyectó esta gasolinera situada en la esquina que hace la calle de Alberto Aguilera con la de Vallehermoso. "Se trata de una de las obras más características de un arquitecto preocupado por las corrientes culturales europeas. Está considerada como una de de las tres obras que supusieron el origen de la arquitectura moderna española", explican los autores del libro. Para estos tres arquitectos, "su derribo fue absurdo, puesto que siguió funcionando como gasolinera pero en ruina", y "uno de los ejemplos más lamentables de la renovación urbana".

Piscina de la Isla. Cuesta creerlo, pero el río Manzanares, a la altura de la estación del Norte, bordeaba una espléndida piscina que construyó el arquitecto Luis Gutiérrez Soto en 1931. "Fue el primer club náutico de la seca Castilla, fatalmente desaparecido", comentan los arquitectos. La desaparición de la piscina coincidió con la construcción de la M-30 en los años setenta.

Frontón Recoletos. Este espacio dedicado al juego de la pelota vasca estuvo en la calle de Villanueva hasta 1974. El proyecto original de Secundino Zuazo y Eduardo Torroja (1935) sufrió varias calamidades que terminaron con su derribo, a pesar de haber sido uno de los edificios más populares de Madrid y ejemplo de buena arquitectura.

Vivienda unifamiliar de Arvesú. "La casa nació luchando contra la fachada", dijo en su día el autor de este proyecto, el arquitecto Alejandro de la Sota, fallecido el pasado miércoles. Según una encuesta hecha por los autores del libro a los arquitectos más representativos de Madrid, esta casa, que estuvo hasta 1990 en la calle del Doctor Arce, ocupa la primera posición entre los edificios más notables de Madrid que han desaparecido.

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