La sala del presidente del juzgado de familia de Barcelona tiene 4.600 asuntos pendientes
La Audiencia pide al Poder Judicial que incapacite al magistrado Francisco Talón
Un juicio por un divorcio o una separación puede tardar en ser señalado un año o incluso, un año y medio. Hay sentencias de asuntos de familia pendientes de dictar desde hace dos años. Son pleitos de especial importancia porque está en juego la custodia de unos hijos o rehacer una vida en pareja. En el caso de Barcelona, la única sala que lleva estos casos acumula un grave retraso de más de 4.600 asuntos, por lo que la Audiencia ha pedido al Consejo General del Poder Judicial abrir un expediente por incapacitación física al presidente de la misma, Francisco Talón.
La media de sentencias de cada magistrado de la Audiencia de Barcelona es de algo más de 300 al año y Talón dictó únicamente 10 en 1995. La acumulación de pleitos no ha sido reciente, pero la situación ha llegado al límite y la sala que preside Talón tiene 2.700 asuntos pendientes más los 1.900 que entraron nuevos el año pasado. Ya en 1995, la Sala de Gobierno de la Audiencia acordó designar, en comisión de servicio, a dos magistrados para intentar paliar el retraso. En total, eran cinco los jueces resolviendo asuntos.Tras una baja, Talón se incorporó en octubre pasado a la presidencia del tribunal y la Sala de Gobierno le dió un plazo de tres meses para dictar sentencia y acabar con 100 pleitos que tenía pendientes. No dictó ni una sola. Lo mismo ocurrió el pasado mes de enero.
Por ello, el órgano de gobierno de la Audiencia acordó, la semana, pasada, pedir al CGPJ la incapacitación del magistrado y de forma cautelar que sea suspendido de sus funciones.
La lentitud también ha sido objeto de queja por parte de la comisión de derecho matrimonial del Colegio de Abogados a la junta del colegio. Si como colectivo la queja está clara, abogados y procuradores dan ejemplos precisos. Ninguno de ellos quiere que se revele su identidad "porque los asuntos todavía están pendientes".
Una letrada cuenta uno: "La vista por la apelación contra la sentencia del juzgado de primera instancia se celebró en la Audiencia en marzo de 1995 y todavía no tenemos sentencia. Se trata de un divorcio que, además, es especialmente esperado por mi cliente que quiere contraer matrimonio de nuevo con un su actual pareja, con la que ya tiene un hijo".
Un procurador explica la cronología de los asuntos que ha tenido en esa sección: "En un pleito que entró el 30 de noviembre de 1994, el juicio se ha fijado para el 7 de marzo próximo. Otro de octubre de 1992 tuvo el juicio correspondiente en junio de 1994, pero todavía no hay sentencia. Otro entró el 3 de junio de 1994, la vista se hizo el 17 de julio de 1995 y la sentencia fue bastante rápida, en septiembre pasado". Otro procurador explica un asunto en el que una pareja que se quiere divorciar lo lleva intentando desde 1992 y aún está esperando.
Volver a empezar
Además del retraso, los abogados de familia tienen otro motivo más para manifestar sus reticencias sobre el funcionamiento, en su conjunto, de esa sala y, sobre todo, de las sentencias de las que es ponente el magistrado Francisco Talón.El problema es que no son pocas las resoluciones que no acaban con el pleito sino que lo reinician porque dicta la nulidad y ordena al juzgado que vuelva a repetir el expediente. "Siempre es por motivos formales. El magistrado Talón es extremadamente formalista con la Ley de Enjuiciamiento Civil. Si algún trámite no se ha hecho tal como indica la ley, aunque pueda ser subsanable, ordena que se vuelva a repetir en el juzgado", explica una abogada.
"Es todo un papelón decirle al cliente que, además de que no hay sentencia, hay que volver a empezar. Es como si para casarte te dijeran que tienes que esperar tres años", dice la letrada. "Si se trata de la custodia de los menores, la demora y el retraso todavía es peor por la inseguridad que representa para los hijos", añade otro abogado.
Una abogada apunta un problema más de la sala de familia de la Audiencia: no cabe arreglo de las partes. Para algunos letrados consultados, la legislación prevé el acuerdo aunque se esté en trámite la apelación. El caso es que esa posibilidad no existe con la actual sala de la Audiencia en materia de familia.
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