Miedo a febrero

Febrero es mes de exámenes, nervios y ansiedades. Para aliviar la tensión de los estudiantes, el departamento de Psicología Aplicada de la Universidad Autónoma ha puesto en marcha un programa de entrenamiento en estrategias de afrontación de exámenes. Lo que se pretende, cuenta el responsable del curso, José Manuel Hernández, "es eliminar y prevenir la posible ansiedad de los alumnos en período de exámenes, que puede influir en el fracaso y en las bajas notas".La Autónoma efectuó en el mes de octubre una encuesta, incluida en el sobre de la matrícula, sobre este problema. De los 36.000 matriculados respondieron 13.011 estudiantes. De éstos, el 25% confesó que sufría por los exámenes.

Los síntomas de la angustia se manifiestan en tres niveles. Lo explica el profesor de Psicología: "En el plano fisiológico, al alumno le sudan las manos, tiene dolor de estómago y cabeza. A nivel cognitivo, se asocia siempre con pensamientos negativos. Son frases habituales: voy a suspender, qué dirá mi familia, soy un fracasado....Y, por último, en el sistema motor se refleja con llantos, temblores y en una negativa a presentarse a los exámenes,En el programa se trabaja sobre tres estrategias que ayudan a contrarrestar pensamientos y actitudes negativas. En la primera sesión se informa a los alumnos sobre técnicas de planificación del trabajo: distribución del tiempo de estudio y objetivos a conseguir. "Es muy importante conocer la materia. Por que si no, por muy relajado que vaya es imposible aprobar. Cada vez que consiga un objetivo tiene que darse una recompensa", explica Hernández.

El segundo paso es conseguir que el estudiante analice diversos momentos y escenas que le produzcan ansiedad e intente asociarlas a imágenes opuestas, siempre de relajación. El profesor ofrece un ejemplo: "El alumno tiene que imaginarse días antes del examen todo nervioso, y acto seguido imaginarse tranquilo". Es el método conocido como relajación progresiva. Y ha de comenzar por la distracción de los músculos. El recorrido se inicia en las manos, sigue por los brazos, cuello, rostro, tórax, abdomen, piernas y finaliza en los pies. El ejercicio es sencillo: primero se tensan fuerte los músculos y después se sueltan despacio. "Así el alumno puede diferenciar entre un estado de sufrimiento y otro de calma", dice Hernández. En el último tramo, el alumno tiene que hacer memoria de sus pensamientos negativos e intentar sustituirlos por positivos. Y repetir frases como: no voy a suspender, voy a aprobar.

En el departamento de Psicología Aplicada diferencian cuatro tipos de estudiantes: los que tienen ansiedad y aprueban, los que también la sufren pero supenden, aquellos que no tienen ansiedad y aprueban (situación ideal), y los que no la padecen pero catean. "Nos preocupan todos los que presentan angustia, independientemente de si aprueban o no. Ese estado afecta al resultado de las notas".

Ciertos hábitos en la víspera del examen generan ansiedad: estudiar la noche anterior o durante el trayecto a la universidad, o llamar por teléfono a los compañeros para consultar dudas. "Es importante que el individuo no se dé cuenta de lo que no sabe y se centre en lo que ha aprendido", aconseja el profesor.Ansiedad por los exámenes. Psicología Aplicada de la Autónoma. Precio: 4.000 pesetas (ocho sesiones de una hora). Tel. 397 86 87.