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Entrevista:Enrique Múgica HerzogEx ministro de Justicia

"Comparar a los palestinos con ETA es insultarlos

Acaba de llegar de San Sebastián. Se le ve abatido. Pero en absoluto doblegado. Se emociona al decir "mi hermano". También al decir "Israel". Pero resiste todas las preguntas. Quizá porque encuentra fuerza en el retrato que tiene frente a sí, y que enseña con orgullo, del "resistente Juan Negrín".Pregunta. ¿Ha matado ETA a su hermano, Fernando, porque no ha podido matarle a usted?

Respuesta. Le han matado a él porque tenía una personalidad muy fuerte. Tenía una enorme bondad, un sentido apasionado de la militancia socialista, entendida como se debe entender en este partido: como el protagonismo del esfuerzo colectivo.

P. ¿Quería ETA alcanzar al ministro que inició la dispersión de, sus presos?

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R. Yo sé que estoy en el punto de mira de los terroristas por haber iniciado la dispersión de los presos de ETA. Una dispersión que tenía como objetivo separar a los presos que han comprendido el sinsentido de la violencia y quieren reincorporarse a la sociedad de aquellos otros, despiadados, duros y crueles, que les tenían secuestrada la voluntad de reinserción. Yo insisto, hoy, en que tiene que haber vías de reinserción y debemos seguir distinguiendo entre quien es quieren abandonar la violencia y quienes persisten en ella.

P. El tiro en la nuca ¿le retrotrajo a viejos tiempos?

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R. Pues sí. El tiro en la nuca era propio de los nazis y de todos los rufianes totalitarios, de todos los fanáticos que a lo largo de la historia han matado a seres indefensos.

P. ¿Le consolaron los gestos cariñosos de Alfonso Guerra, las muestras de solidaridad ... ?

R. Me han arropado, lleno de emoción y tristeza, los gestos de todos los militantes socialistas de Guipúzcoa, del País Vasco, de Andalucía, de Asturias, de Madrid, de toda España. He sentido que éste es un partido vivo, que está en un momento muy difícil, que va a luchar para ganar estas elecciones, pero que jamás va a olvidar que es consecuencia no de hombres más o menos carismáticos, sino de tantos como han dedicado sus esfuerzos, a través de más de cien años, para que el Partido Socialista concitara y siga concitando en el futuro la esperanza de todos los que sufren, la confianza de todos los que piensan. Todo eso lo he sentido con pasión junto al cadáver de mi hermano.

P. La policía vasca persiguió de cerca al vehículo en el que huían los asesinos y se le escapó. ¿Una mala suerte, en la que no hay que hurgar, o una falta de eficacia que es urgente reparar?

R. Siempre una acción es resultado de varias causas. Por supuesto, el azar existe. Pero también existe el error, existe determinada incapacidad, cierta carencia de saberes y de técnicas. Todo eso puede haber concurrido en el hecho de que a los ertzainas se les escaparan los asesinos. Pero también en otras partes de España se han escapado terroristas cuando los buscaban otras policías. Desde la confianza en todas las Fuerzas de Seguridad, desde la confianza en la Ertzaintza, debemos pedir que asuman los errores que hayan podido cometer y traten de enderezarlos lo más pronto posible. No sólo va en ello la seguridad de los ciudadanos, sino su propia seguridad.

P. ¿Echa de menos la eficacia del Mosad, la eficacia de llegar hasta donde están los terroristas eliminarlos sin dejar huella?

R. No mezclemos. Israel, hasta hace poco, era un Estado cercado y amenazado de exterminio. La supervivencia de tantos ciudadanos amenazados de ser expulsados al mar aguza hasta límites casi sobrehumanos las capacidades y las inteligencias.

P. ¿Usted es de los que piensa que, si Israel ha hablado con los palestinos para buscar la paz, se puede hacer lo mismo en Euskadi o es de los que no ve la menor similitud entre ambos casos?

R. ¡No hay similitud! ¿Cómo va a haber similitud? Todos los palestinos quieren legítimamente un Estado, y tienen derecho a ese Estado, mientras en Euskadi la gran mayoría de los vascos, nacionalistas o no, somos partidarios de la vía establecida por el Estatuto de Gernika, e incluso del desarrollo de ese Estatuto. No comparemos a una minoría y a un grupo de asesinos con los árabes que están con Arafat. Sería un insulto para los árabes de Palestina y para Arafat.

P. Quienes buscan un Arafat en ETA ¿viven un espejismo?

R. Es un espejismo. Yo hablé varias horas con Arafat hace ya casi veinte años, en 1978. En aquella época, cuando se querían conocer los planteamientos de una persona, se solía enviar a hablar con ella a alguien que pensara de modo totalmente diferente. Felipe González fue a ver al Rey con Luis Gómez Llorente. A mí me enviaron a Beirut para conversar con Arafat... Mi partido era entonces un partido sabio...

P. Con "entonces" ¿quiere decir que ahora es menos sabio?

R. Entonces era más sabio que ahora. Pero continúo: a mí me causó una buena impresión Arafat. Me pareció un hombre razonable y con unas peticiones bastante justas. Así se lo hice ver a mi partido y, después, a mis amigos de Israel. ¡No hay comparación posible con ETA! Ahí no existe un Arafat. ¡Arafat estaba identificado con su pueblo y su pueblo con él! Y, a propósito de eso, quiero decir: no es un pueblo el que debe estar con un hombre, es el hombre el que debe identificarse con su pueblo.

P. ¿Es un mensaje para que se lo aplique Felipe González?

R. Felipe González o cualquier otro, sea español, francés o árabe.

P. Cuando oye hablar de José María Aznar como próximo presidente del Gobierno, ¿se rebela, se resigna o lo acepta como quien ve llegar un cambio natural?

R. Ni me rebelo, ni me resigno ni lo acepto. El Partido Popular es un amplio colectivo de hombres y mujeres que no piensan como yo, pero que recoge las aspiraciones de muchísimas personas. Yo no creo que sea bueno que gane. Y desde la lealtad constitucional, desde la lealtad en la relación con el adversario, yo me voy a esforzar para que no gane.

P. ¿Va a hacer campaña electoral desde el primer momento, con plena dedicación?

R. ¡Naturalmente! ¡Qué más quisieran los asesinos de mi hermano que no lo hiciera! Lo digo sin arrogancia y sin humildad.

P. Con esa misma claridad, usted dijo cerca de la capilla ardiente de su hermano: "Ni olvido, ni perdono". ¿Qué estaba queriendo decir?

R. Exactamente eso, que ni olvido ni perdono y que quiero que los vascos combatan por recuperar esa memoria colectiva que tenemos sobre lo que ha sido y ha representado Euskadi. Los vascos, los españoles, no podemos olvidar ni perdonar.

P. En el funeral, ¿echó de menos al obispo Setién?

R. Yo no soy de los que demonizan a Setién. Y, aunque a algunos les moleste oír esto, yo soy amigo del obispo de San Sebastián. Yo discrepo de él. Pero tengo que decir que Setién fue uno de los que me llamó y habló conmigo y que las palabras escritas por él y leídas por el párroco de la iglesia fueron buenas palabras. Palabras justas. Sin ambigüedad.

P. ¿Es inevitable que los funerales de las víctimas de ETA impongan en la lucha contra ETA la fortaleza que tanto cuesta aunar en las reuniones políticas?

R. Cuesta aunar... ¡Claro que sí! Porque en una democracia cuesta aunar voluntades, no sólo en ese terreno, pero terminan por aunarse. Lo importante es que esas voluntades se concreten en un incremento de la lucha contra el terrorismo, dentro de la ley.

P. Dos días después. del atentado, decenas de personas jaleaban las siglas de los asesinos de su hermano mientras la policía se limitaba a cerrarles el paso para que no se enfrentaran a quienes exigían la libertad de Aldaya.

R. La policía autonómica, sea de la comunidad que sea, debe hacer cumplir la ley. Debe hacer sentir el peso de la ley. Y a menudo lo hace. Pero a veces también sucede que pone en manos de un juez de San Sebastián un vídeo, grabado por la Ertzaintza, en que se ve nítidamente a un joven incendiando un autobús de servicio urbano y se le deja en libertad porque no se considera el vídeo prueba suficiente contra él. Afortunadamente, hay otros jueces en San Sebastián que opinan lo contrario. Creo que esto va a acabar pronto porque en mayo entrará en vigor el nuevo Código Penal, con el que los actos de violencia callejera serán juzgados en la Audiencia Nacional. Así no pesará en quien juzga el temor que puede anidar en los magistrados que viven en Euskadi.

Y a mí me gustaría también que, así como yo leo con irritación de demócrata, pero con frialdad de jurista, un periódico vasco en el que se hace apología del terrorismo, los miembros de la Fiscalía General del Estado lean lo que en ese diario se dice y actúen como juristas de talento que son. Que nadie vea en esto un ataque que no hay a la libertad de prensa. Yo padecí años de prisión por defender todas las libertades, incluida esa. Para mí, todos, ¡todos!, los medios de comunicación españoles, excepto uno, actúan en el marco de las libertades, me gusten o disgusten sus opiniones.

P. En estas elecciones va a pesar sobre ustedes el no haber cumplido eso que dijo un histórico socialista vasco: "Hay que elegir para los cargos públicos a los más honestos y vigilarles como si fueran ladrones".

R. ¡Pues claro que va a pesar! Esa es una vieja frase de Aquilino Amusátegui, uno de los fundadores del PSOE en Eibar, hace ya un siglo. Era y es una frase magnífica... Y va a pesar. ¡Claro que va a pesar! Pero quiero transmitir que el partido socialista tiene dos principios de identidad importantes: la lucha contra las desigualdades, no ya la aspiración a la justicia, que es algo abstracto y que lo dicen todos; y aquello que Pablo Iglesias denominó naturaleza moral del socialismo. Eso terminará por imponerse. Por eso pediré a nuestros conciudadanos que confíen, con su voto, en este partido.

P. ¿Su hermano, después de todo, murió habiendo visto realizadas sus sueños políticos: el PSOE, en el Gobierno; Israel, reconocido por España, y San Sebastián, con un alcalde socialista?

R. Ésa es también una pregunta dura tras una muerte tan brutal. Pero... sí, ésos eran sus anhelos: que el PSOE siguiera gobernando de acuerdo con las aspiraciones de los trabajadores, de las clases medias, de las capas ilustradas; que el Estado de Israel fuera reconocido como el pueblo de la Biblia, como el pueblo de la paz, y que nuestra hermosa San Sebastián fuera gobernada por un alcalde socialista.

P. Si se tambalea, ¿dónde buscará amparo?

R. Donde lo busca cualquier hombre bien nacido: en su mujer, en sus hijos, en su familia.

P. Miles de vascos homenajearon a su hermano con la presencia masiva en las calles de Donosti. ¿Cómo le quiere homenajear usted?

R. [Diez segundos de silencio] Recordándole siempre. Yo lloro cuando recuerdo a mi hermano..., pero en la intimidad siempre. Sin que se vean las lágrimas. Porque ¡yo no puedo permitir que los asesinos o quienes les jalean vean mis lágrimas!

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