Los inmigrantes, problema a debate entre los obispos de España y Portugal
Los principales mandatarios de las conferencias episcopales de España y de Portugal, han debatido a lo largo de tres días, entre otros temas, la respuesta que ambas Iglesias pueden dar a los problemas de los inmigrantes, en especial de los 80.000 portugueses que viven en España. Aunque no, figura en la nota emitida al término de la reunión, los obispos admitieron que hubo "conversaciones" sobre la implantación en ambos países de nuevas sectas. Cada dos años los responsables episcopales de España y Portugal se reúnen en uno de ambos países para coordinar análisis y políticas. Ayer clausuraron su encuentro en Madrid los respectivos presidentes, Elías Yanes y Joáo Alves, acompañados por el vicepresidente de los obispos portugueses, Manuel Franco Falcáo y del secretario general de la Conferencia española, José Sánchez.
"La Iglesia tiene un especial compromiso con los inmigrantes portugueses en España porque son católicos", dijo Sánchez. "Además de prestar atención a sus problemas derivados de su situación social, se les debe suministrar un constante apoyo espiritual". Buena parte de los inmigrantes portugueses en España proceden de zonas precarias como Trás-os-Montes (nordeste), y se concentran en Madrid -donde la imagen de mendigos portugueses se ha hecho normal -, áreas mineras asturleonesas, Badajoz o Andalucía. .
Sectas
La penetración de sectas de nuevo estilo en ambos países fue objeto de "conversaciones", reconoció Alves, que hizo hincapié en el caso de la Iglesia Universal del Reino de Dios, de origen brasileño, actualmente controvertida por presuntas conexiones con el narcotráfico. "No llega a imperio en Portugal", dice Alves, "pero posee recursos económicos y tácticas psicológicas que repercuten en una capa de la población que carece de una fe firme y está indefensa ante ofertas emocionales. En cualquier caso, esa organización atraviesa problemas, porque no ha podido adquirir algunos locales importantes, como el Coliseu de Oporto".
Alves niega que la Conferencia Episcopal portuguesa planee medidas concretas contra la secta. "Pero creo que los poderes públicos van a tomar alguna iniciativa próximamente", añade.
Los obispos dicen que ambos países- sufren "la lacra social del paro, la desconfianza del pueblo en sus políticos y la quiebra frecuente de la conciencia moral". Pero Alves quitó hierro al hablar de "casos concretos conocidos", aunque aludió al general "enfraquecimento de critérios eticos".
Alves se refirió en tono relajado a que, pese a tener en su diócesis -Coimbra- a la única vidente de Fátima que aún vive, Lúzia, él no conoce "o terceiro segredo de Fátima" y no ha pretendido siquiera conocerlo, porque "no ha sido aún necesario".
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