El exceso de celo dispara los porcentajes de partos por cesárea
"¿Se hubiera evitado en caso de haber realizado una cesárea?". La imposibilidad de responder de forma negativa a esta pregunta formulada por un fiscal en cualquier juicio contra un médico es una de las causas que determinan que en algunas maternidades de España cerca del 30 % de los partos se atiendan mediante una intervención quirúrgica. El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Lluís Cabero Roura, no duda en señalar a la denominada medicina defensiva (actuar con exceso de celo ante el peligro de la demanda) como la causa más destacada del aumento de una práctica que en las instituciones públicas se sitúa entre el 15 y el 18 %, y en las clínicas privadas alcanza el 25 % del total de nacimientos. Según las cifras de la propia SEGO."En cualquier caso, lo fundamental es determinar el umbral traspasado el cual una cesárea está injustificada", comenta José Antonio Usandizaga, jefe del departamento de matemidad del hospital La Paz de Madrid. En efecto, el aumento registrado en las últimas cuatro décadas no obedece- a una simple judicialización de la medicina. La progresión, de hecho, es casi geométrica desde un porcentaje de cesáreas en tomo al 4 % (sobre un total de 19.330 partos), que tuvieron lugar en el año 1967 -cuando La Paz era el único centro madrileño-, al cerca de 15,4 % que se llevaron a cabo hace tan sólo dos años (7.000 nacimientos).
"Los avances clínicos; el descenso de los índices de morbi-mortalidad perinatal y por cesárea y, en definitiva, el que se haya perdido el miedo a las operaciones son los parámetros que explican de forma fundamental este proceso", dice Usandizaga. En el mismo sentido se explica Cabero al señalar que no es cierto que. el incremento de cesáreas signifique más gasto: "La relación coste-beneficio justifica el incremento. El hecho de que en los años sesenta una de cada cuatro subnormalidades tuvieran relación con el alumbramiento de manera irregular frente al limitado 5 % actual explica, a modo de ejemplo, que la mejor asistencia (en la que se incluye el poder recurrir a la cesárea con un riesgo muy limitado) no significa aumento de coste. Es más caro atender una subnormalidad".
Los problemas surgen cuando se echa mano a la intervención quirúrgica de una forma que no está del todo justificada y como método "para curarse en salud", dicen los dos doctores. "La prueba es que donde hay más medios, termina habiendo una proporción de cesáreas menor. En las clínicas privadas, el porcentaje es más alto", sostiene Cabero.
La pregunta que quedaría por responder es el límite porcentual "comprensible". Usandizaga habla de un 14 % de media y Cabero de un límite de un 18 % por encima del cual es muy difícil justificar el recurso a la cirugía. Las causas objetivas que recomiendan la intervención son dos de forma clara: el sufrimiento fetal y la distocia (desproporción entre el tamaño de la pelvis y el feto). "En la actualidad existen suficientes medios electrónicos y análisis bioquímicos para discriminar la primera y fundamental causa. Sin embargo, siempre hay un margen para la sospecha, la duda", dice Usandizaga para aclarar el significado de la frase "determinar un límite".
La misma voz de alarma ha cundido en otros países. Un documento reciente del equivalente al Ministerio de Sanidad español en el Reino Unido (National Health Service) cifra en cerca de 189.000 millones de pesetas el gasto añadido por cesáreas innecesarias. El cálculo británico habla de 100.000 mujeres intervenidas, cifra que supone el doble con respecto a hace 20 años. En Estados Unidos, las cifras están lejos. de la homogeneidad: entre el 5 % en unos centros y el 25 % en otros, según Usandizaga.
En cualquiera de los casos, los dos médicos ponen sobre otra de las pistas para explicar el crecimiento de intervenciones. El riesgo de un aumento no selectivo de las cesáreas produce un efecto perverso. "Al 50 % de las mujeres a las que se interviene deben ser operadas en posteriores partos de la misma manera", dice el doctor de La Paz. La cicatriz que deja la herida provoca que en la mitad de los casos se rompa la bolsa en sucesivos embarazos antes de tiempo y obligue a pasar por el quirófano de nuevo.
¿Es posible una norma?
"Mientras exista la posibilidad de una querella por negligencia existirá el recurso a la cesárea como mecanismo de defensa". Cabero resume así el problema a la vez que apunta una solución: "La necesidad de establecer protocolos que protejan al facultativo". Hasta el momento la SEGO ha elaborado 104 protocolos asistenciales y 82 de procedimientos. En estos textos, que llevan funcionando desde hace dos años, se especifican los modos de actuación ante situaciones de riesgo y en su redacción han intervenido 250 especialistas. El riesgo de corporativismo sería el reverso de la propuesta. ¿Quién juzga al experto?
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