Chernomirdin garantiza a Clinton que Moscú seguirá con su plan de reformas
A pesar de las apariencias, las reformas continúan. Este es el mensaje que Víktor Chemomirdin, primer ministro de Rusia, transmitió ayer al presidente Bill Clinton en la reunión en la Casa Blanca. El dirigente ruso trata de aliviar la preocupación suscitada en Washington ante los recientes cambios en el gobierno de Borís Yeltsin después del resultado de las elecciones de diciembre, que se han traducido en el sacrificio de elementos liberales y reformistas en la política y la economía y el nombramiento de representantes de la vieja guardia.El presidente norteamericano se mostró tranquilizado por las garantías recibidas por parte del presidente ruso en la conversación telefónica del pasado viernes y "convencido de que Rusia se está moviendo firmemente hacia adelante en las reformas". Clinton destacó los positivos datos económicos de Rusia en 1995. "Han sido unos logros de los que pueden estar orgullosos", afirmó.
En su entrevista previa con el vicepresidente Al Gore, con el que se reunió en el marco de la comisión de cooperación entre los dos países, el primer ministro ruso trató con los norteamericanos sobre otras decisiones que el Gobierno ruso considere necesario adoptar, en función de la correlación de fuerzas surgida de las elecciones legislativas de diciembre y la campaña electoral que se avecina: "Se corregirán las dificultades que surjan en el proceso de reformas y haremos algunas correcciones en los capítulos sociales. Esto es algo necesario y tenemos que hacerlo, pero no nos desviaremos de nuestro camino".
Ante la alarma por los avances de las fuerzas antirreformistas, el primer ministro ruso aseguró: "Las elecciones de diciembre demostraron que, a pesar de todas las dificultades con las que nos enfrentamos, el proceso de reformas no se cuestiona".
Chernomirdin anticipó también que las exigencias de la difícil campaña electoral a la que se enfrenta Yeltsin pueden dar lugar a decisiones o declaraciones chocantes: "Me gustaría advertirles desde ahora que podría haber algunas interpretaciones incorrectas de ciertos acontecimientos".
Desde el punto de vista norteamericano, la. preocupación por el rumbo de la situación en Rusia ha sucedido a las primeras declaraciones de cautela realizadas después de las elecciones, de diciembre. La esperanza sobre la continuidad de las reformas recibió un primer jarro de agua fría el pasado día 12 con el nombramiento de Yevgeni Primakov, un habitual de los antiguos centros del poder soviético, para sustituir a Andrei Kózirev como ministro de Asuntos Exteriores.
Warren Christopher, secretario de Estado, lanzó la semana pasada una seria advertencia a Moscú sobre la relación entre los dos países y los riesgos que supondría una vuelta atrás en Rusia. Suave, pero firme y lanzando un aviso a los navegantes, Chernomirdin respondió ayer: "Estoy seguro de que la alianza [con EE UU] resistirá todas las pruebas porque nuestro trabajo refleja el interés de los dos países. No creo que haya nadie interesado en un enfrentamiento entre nuestras dos grandes potencias". Christopher se entrevistará con Primakov el próximo día 10 de febrero en Helsinki.
La alarma por el futuro de las reformas del mercado alcanzó su punto máximo la pasada semana con el nombramiento del proteccionista VIadimir Kadannikov como vicepresidente para Asuntos Económicos, en sustitución de Anatoli Chubais, un liberal. Chubais había conseguido estabilizar la economía y ganarse la confianza de las instituciones financieras internacionales. Ayer Chernomirdin tomó el relevo para lograr la concesión de un crédito de 9.000 millones de dólares (alrededor de 1,2 billones de pesetas) del Fondo Monetario Internacional. Clinton dio su opinión sobre este tema: "Creo que el crédito saldrá adelante".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.