_
_
_
_
Entrevista:GUILLERMO CABRERA INFANTE - ESCRITOR

"Los músicos no deben tener ideas políticas; los escritores, sí"

Amelia Castilla

AMELIA CASTILLA"Si hay tanta música es porque hay tanto apetito de música", asegura Guillermo Cabrera Infante de paso por Madrid para la presentación de Mi música Extremada (Espasa Calpe), una antología de su obra realizada por la periodista Rosa María Pereda. "En Música extremada he encontrado artículos míos que no recordaba haber escrito", dijo ayer el escritor al referirse a esta selección de relatos, textos novelísticos y artículos.

La única objeción que puso el autor a su editora fue el título. No le gustó la asociación que sugería Sexo y música, tampoco quiso Amor y música y al final se decantó por Mi música extremada (nombre de uno de los relatos incluidos en el libro), porque el soneto de Fray Luis de León es uno de los pocos homenajes a un músico. "En la literatura inglesa no hay ninguna referencia a los músicos del barroco y del Renacimiento", dice Cabrera Infante para justificar la apropiación del verso.

El escritor, que ha viajado acompañado de su esposa, Miriam Gómez, a la que ha dedicado toda su obra, desayuna un café solo acompañado de un purito. Con su traje de espiga marrón, perfectamente conjuntado con zapatos y calcetines, sus gafas redondas y su perilla blanca, parece un indiano. Cabrera Infante (Gíbara, Cuba, 1929) reconoce que el amor y la música han marcado su obra. Le interesa la creación musical cubana de todos los tiempos con una única excepción, la que se hace actualmente dentro de la isla, en la que encuentra derivaciones de Joan Baez y Massiel.

La música cubana se compone, a juicio del escritor, de varios elementos: "Adapta la armonía española y el ritmo africano. La habanera fue el primer ritmo que recorrió el mundo; la tomó Bizet para su Carmen y la primera tonada con ritmo de habanera que circuló fuera de la isla fue La paloma". Paquito D'Rivera, Arturo Sandoval y Cachao son, a su juicio, los compositores vivos más importantes nacidos en la isla. Hace responsables a los tres del resurgir actual de la música cubana, en la que en los últimos años se había producido un enorme vacío, que fue llenado por la salsa. El autor de Delito por bailar el chachachá considera que había tres poderosas razones para el reinado de la salsa: "Es fácil de hacer, fácil de recordar y fácil de bailar".Cree el autor de La Habana para un infante difunto que si se habla tanto de Cuba en todo el mundo -"una isla con la misma población que Cataluña"- es por dos factores. Primero, porque ha dado muy buenos músicos y escritores, y, segundo, por Fidel Castro, al que califica como "un fenómeno de la propaganda".Cabrera Infante no conoce a los grupos roqueros -"antes el rock estaba prohibido"-, que empiezan a nacer en la isla, a la que no viaja desde que rompió relaciones con el régimen castrista en 1965. "El rock nunca penetró en Cuba porque la música cubana era muy poderosa. Se acababa de crear el chachachá, el mambo estaba en su apogeo y había un montón de boleros circulando", asegura al referirse a la época en que él todavía era una figura de la intelectualidad del nuevo régimen. No quiere saber nada tampoco el autor de Tres tristes tigres de los nuevos cantautores cubanos, la generación que ha sucedido a Pablo Milanés y a Silvio Rodríguez y que son críticos con la realidad de su país: "Ese término, cantautor, se me atraviesa en la boca del estómago", dice. "La incursión de la política en la música es lamentable. Se trata de canciones de protesta pero a favor. Los músicos no deben tener ideas políticas, los escritores sí porque el escritor siempre es un intelectual que reacciona a la realidad y a la vida cotidiana y un músico es un fabricante de melodías", asegura. "Mozart no componía contra el emperador austriaco y Bach no componía contra los marqueses y duquesas alemanas. Yo considero la música como un espacio fundamental que te lleva a raíces más profundas", añade el escritor, para el que la música es tan poderosa que acaba tocando a todo el mundo, incluso a aquellos a los que no les interesa.

En su casa de Londres, Cabrera Infante trabaja con música de fondo. Para esos momentos de concentración no elige nunca canciones cubanas porque tienen tantas connotaciones personales que le perturban. La época en que ejercía como crítico de cine la tiene más que enterrada, y su aversión al régimen castrista la extiende a todo lo que se produce allí. No ha visto, ni tiene intención de ver, Guantanamera, la última película de Gutiérrez Alea. Ni siquiera por las connotaciones musicales del título.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_