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Teatro y televisión trasvasan actores

Directores e intérpretes sostienen opiniones encontradas sobre las migraciones escénicas

Albert Boadella piensa que recurrir a un presentador de televisión para hacer teatro es como llamar a alguien que juega bien al futbolín para incorporarlo al fútbol profesional. Adolfo Marsillach cree que el actor que sale mucho en la televisión termina abaratándose. Miguel Narros y Concha Velasco dicen que los rostros populares de la peque P ña pantalla pueden ser beneficiosos para el teatro. Son migraciones y trasvases de actores, incluidos los apalanques de grandes. inérpretes del teatro en la pequeña pantalla, ue transforman el panorama y contenido le las carteleras escénicas españolas.

Madrid

Son tiempos éstos en los que la televisión roba al teatro, sus míticos rostros y en los que la escena recurre a presentadores populares de la pequeña pantalla para atraer público. Entre la profesión teatral hay división de opiniones. Unos cuestionan estas migraciones. Otros piensan que cualquier método es bueno para llevar espectadores al teatro. 1 Sobre la práctica de recurrir a personajes famosos de la tele para producciones teatrales, Marsillach argumenta que "no es un fenómeno nuevo: ya en los tiempos heroicos de la radio se recurría a estrellas de los seriales para encabezar algunos espectáculos. No me parece ni bien ni mal, todo el mundo está en su derecho de atraer a los espectadores con el sistema que considere más eficaz". Boadella se provincia en similares términos: E teatro puede recurrir a lo que quiera para atraer público mientras no esté perseguido por la Constitución o por el Código Penal..., e incluso valdría la pena buscar motivos que estuvieran penados". El Gran Wyoming, que accedió al teatro tras ser popular televisivo, dice, sin cortarse ni un gramo: "Todo depende de lo que paguen", y se desternilla él solo. Hay quien cree que en el teatro no se puede engañar. "Es un medio que coloca a los intérpretes en el lugar que les corresponde", dicen el productor Jesús Cimarro y la actriz Cristina Higueras. También los hay que no olvidan que su manera de llegar a los escenarios fue a través de una popularidad previa, como Concha Velasco: "¿Cómo se puede afirmar que alguien sirve o no para interpretar hasta que no veamos los resultados".

Escamar al espectador

Sobre si esta práctica atrae o ahuyenta espectadores, Marsillach señala: "Depende. Normalmente, el resultado no acostumbra a ser todo lo productivo que podría suponerse. Los actores que salen mucho por la tele acaban abaratándose; claro que a lo mejor se abaratan cuando ya se han hecho ricos, y en este caso... Es una elección muy personal". Miguel Narros apunta sobre esta misma cuestión que "no perjudica porque son gentes que se dedican a un medio que es afín con el teatro". Narros fue el primero que se arriesgó a llamar a Miki Molina para hacer teatro. "Cuando trabajó conmigo, era un medio muy nuevo para él y se asustó porque tenía que hacerlo todos los días de la misma manera", dice Narros Boadella cuestiona este aspecto: "En el teatro hay una cosa mortífera, que es escamar al espectador, porque escamado se convierte en un enemigo. Me temo que la gente formada en el cine no es buena en el teatro, y el recurrir a presentadores de televisión es como llamar a alguien para jugar un partido de fútbol profesional porque es muy bueno en el futbolín".

El productor Pedro Larrañaga Merlo, miembro de una de las familias teatrales más populares de nuestro país, suele elegir para sus repartos televisivos famosos, aunque confiesa que esa circunstancia no es la que tiene en cuenta a la hora de elegir actores. Descubridor de Toni Cantó para el teatro, conoció al actor porque éste le- solicitó una- prueba cuando preparaba el montaje de Los ochenta son nuestros. "No sabía quién era porque entonces apenas veía la tele, le elegí y, posteriormente, me encontré gratamente con su popularidad". A raíz de aquella experiencia Cantó se ha centrado en el teatro trabajando con directores de primer orden. En la actualidad está en el montaje de La gata sobre el tejado de zinc, junto a Aitana Sánchez Gijón. Cantó recuerda así su primera función teatral: "Estaba poco preparado, pero gracias a esa inconsciencia estoy aquí, en una profesión en la que no puedes descuidar la formación porque el teatro es mucho más exigente que el cine y la televisión".

Lárrañaga estrenará Después de la lluvia el próximo jueves en Murcia (posteriormente acudirá a Madrid y Barcelona) con dirección y texto de Sergi Belbel. El reparto está plagado de famosos como Maribel Verdú, Amparo Larrañaga, Luis Merlo, Angel Pardo, Natalia Dicenta y Paloma. Paso, entre otros. Unos provienen del cine, otros son famosos de la tele, algunos se han centrado sólo en el teatro. Salvo en el caso de Verdú, en cuyas escasísimas incursiones teatrales no ha salido muy bien parada, otros miembros del reparto gozan de una popularidad que sólo la televisión aporta, pero también son poseedores de una sólida y continada trayectoría teatral. ç

"Maribel era la primera interesada en hacer este trabajo, conocía la obra y le entusiasmó", dice Larrañaga. "Lo que hemos tenido en cuenta para seleccionarla es que lo hace divinamente y es una gran profesional". En cualquier caso, lo que ha transformado el panorama de las carteleras de teatro es la invasión (le casos en los que los famosos captados para el teatro no disponen de un prestigiado currículo teatral, y en algunos casos de ninguno, como pueden ser las incursiones de presentadores televisivos en el teatro. Jesús Vázquez, Leticia Savater, Paco Morales, Benjamín Barrington, Marisol Galdón, Belinda Washington, o incluso profesionales que con el tiempo sí empiezan a tener un currículo teatral, como Miki Molina o Carmen Conesa. Esta última, cada vez más incorporada al teatro, se encuentra de gira por España con el grupo catalán Dagoll Dagom en Te odio, amor mío, en sustitución de Nina, la protagonista.

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