El PP cumple, por fin, su promesa de rebajar el IAE y congelar el IBI
Después de cinco años, el gobierno municipal del PP ha aprendido a cumplir su promesa de congelar los impuestos. El concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, anunció ayer una modificación en el coeficiente de población que el Ayuntamiento aplica sobre las tarifas del impuesto de actividades económicas (IAE) para cumplir su promesa de bajar el recibo en el mismo porcentaje de la inflación.En la aprobación de las ordenanzas fiscales para 1996 se mantuvo ese coeficiente en 1,65 porque se preveía que el Gobierno no modificase las tarifas que aplica en el impuesto, porque ésa era su costumbre desde el establecimiento de ese impuesto.
Pero, finalmente, el Gobierno subió las tarifas un 3,5% para mantener la recaudación. Así que Bujidos ha decidido bajar el coeficiente municipal al 1,60 para cumplir su promesa.
Devolver los recibos
Este año, y tras el anunció del nuevo Gobierno regional del PP de que rebajaría el IAE en la parte que le corresponde, el Ayuntamiento también se animó a rebajarlo y dejar de ingresar unos 1.700 millones de pesetas.
Además, del mantenimiento del mismo precio, el Gobierno municipal se comprometió a devolver el 50% del impuesto a los nuevos empresarios que contraten entre uno y cinco empleados y el total a los que creen más de cinco puestos de trabajo.
Una medida similar se aplica al impuesto de bienes inmuebles (IBI), cuyo recibo subirá en 1996 un 4,7%, aunque la inflación del año pasado resultó ser del 4,3%.
Bujidos había incluido una cláusula de revisión en la ordenanza fiscal aprobada en octubre, pasado en la que se obligaba a revisar a la baja el tipo aplicable por el Ayuntamiento en caso de que el Gobierno modificase los valores catastrales. Así, el coeficiente baja del 0,530 al 0,512 para que el recibo del ciudadano no suba más del 4,7%.
"Podríamos habernos hecho los locos o decir lo de siempre, que la culpa es del Estado por haber incrementado la base imponible", dijo ayer Bujidos.
Durante el mandato del anterior concejal de Hacienda, Fernando López Amor, el recibo del IBI se subía todos los años muy por encima de la inflación precisamente por la doble aplicación de la subida del coste de la vida. La Administración central subía el catastro con la inflación, y el Ayuntamiento, su coeficiente.
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