Un 'interruptor' general del cerebro induce al sueño, según científicos de Harvard
Se abre la vía para desarrollar medicamentos más naturales contra el insomnio
A los insomnes se les ha abierto una nueva esperanza. Investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) han descubierto, en un experimento con ratas, el interruptor cerebral que induce al sueño, según publicó ayer la revista estadounidense Science. El hallazgo es un regalo para muchos científicos ansiosos por entender los desórdenes del sueño y cómo conseguir un sueño natural y gratificante, según ha destacado Clifford Saper, del Hospital Beth Israel, de Boston. "Sería maravilloso conseguir la, pauta del sueño natural, sin dependencias de fármacos", dijo.
El interruptor consiste en un racimo de neuronas, probablemente de un tamaño no mayor que la cabeza de un alfiler, situado en el hipotálamo, la parte del cerebro que controla el sueño, el apetito, la sed y el comportamiento sexual; "o sea, todo lo que nos da satisfacción", en palabras de Saper.Ese puñado de neuronas, muy próximo a otras células relacionadas con el reloj biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia, envía mensajes directos a otros tres grupos de neuronas que a su vez controlan tres sustancias químicas del cerebro, llamadas neurotransmisores, que están relacionadas con la vigilia.
Desconectar los sistemas
Esas tres sustancias son la histamina, que estimula el despertar; la norepinefrina, que incrementa la presión arterial; y la serotónina, ligada al sueño y la percepción sensorial. Este interruptor general ahora descubierto actúa desconectando al mismo tiempo esos tres sistemas.Desde hace décadas los científicos saben que las lesiones en esta parte del hipotálamo provocan insomnio, pero hasta ahora se desconocía el cómo y el porqué. Durante la Segunda Guerra Mundial, el científico holandés Wally Nauta desarrolló en Amsterdam un trabajo de cirugía en el hipotálamo de ratas de calle. Tal como ha explicado Saper, Nauta vio que cuando les seccionaba la parte delantera de esta parte cerebral, las ratas no conseguían ya volver a conciliar el sueño, se volvían totalmente insomnes.
Además de aportar luz sobre el mecanismo básico del sueño , el hallazgo de ahora proporciona a los investigadores la capacidad de probar compuestos, químicos que podrían conducir a nuevos medicamentos contra esta enfermedad, más naturales y sin los efectos secundarios de las píldoras para dormir; también podría atajarse de forma más eficaz la somnolencia.
Por el momento, Saper y su equipo piensan realizar varios experimentos con la melatonina, una hormona sintética que se ha puesto rabiosamente de moda en EE UU, porque se piensa que combate el insomnio y retrasa el envejecimiento.
Aunque el experimento se ha realizado con ratas, los científicos ya han comprobado que el sistema de circuitos en esta parte del cerebro es en estos animales casi idéntico al del ser humano.Lo que ha hecho el equipo de Saper ha sido retomar los experimentos con ratas de Nauta, utilizando como marcador la proteína fos, que indica las neuronas que están activadas. Veinte animales fueron sacrificados en estados distintos de sueño y vigilia, para examinar su tejido cerebral. Las ratas que estaban despiertas cuando murieron tenían la proteína fos por todo el cerebro; sin embargo, las que estaban durmiendo tenían esa proteína sólo en tres áreas del cerebro: en la región frontal del hipotálamo -en las neuronas preópticas ventrolaterales, NPV- y en dos estructuras que regulan los ritmos circadianos, o reloj biológico.
Para averiguar si las NPV eran otros controladores de estos ritmos o un interruptor general del sueño, los científicos llevaron a cabo un segundo experimento con 33 ratas. Los animales fueron privados de dormir de nueve a 12 horas; inmediatamente después se les sacrificó o permitió que durmieran unas pocas horas antes de morir. A los que no se les permitió dormirmos traban la proteína repartida por la mayor parte del cerebro excepto en las NPV, al contrario que el resto.
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