Una reunión de circunstancias
Restañar las grietas de la división, evitar que al calor de la campaña electoral los partidos se involucren en una escalada de discrepancias que arruine definitivamente el crédito del pacto. Ése era el objetivo de la reunión de Ajuria Enea celebrada ayer. Por modesto que parezca, ese objetivo no estaba tan al alcance de la mano. En Ajuria Enea hay partidos que no creen verdaderamente en la necesidad del pacto, tal y como está hoy formulado, que han descartado la posibilidad de una estrategia unitaria contra la violencia terrorista.A falta de un diagnóstico unitario, el comunicado aprobado ayer tiene la virtud de destacar lo elemental, aunque en ocasiones ese ejercicio de búsqueda de lo básico se haga a costa de proclamar obviedades como que "la violencia de ETA es esencialmente antidemocrática".
Tras los últimos atentados, tras las campañas de violencia callejera, el lehendakari José Antonio Ardanza ha acusado la presión de la indignada opinión pública, ha anotado. las críticas a la "falta de liderazgo" que empezaron a aflorar con particular insistencia en los últimos tiempos.
El texto aprobado es un documento de circunstancias que rehúye deliberadamente las conflictivas cuestiones de fondo, pero parece inspirado en la filosofía de que la confrontación política entre los demócratas no debe regalar argumentos a los terroristas.
El documento proclama, recitando los requisitos indispensables para el diálogo establecidos en el propio pacto, que, "hasta el momento, ETA no ha mostrado actitudes inequívocas que puedan convencemos de su clara voluntad de poner fin a la violencia".
Por evidente que resulte, la alusión a la nula disposición al diálogo por parte de ETA tiene su sentido, puesto que el portavoz del PNV, Joseba Egibar, ha defendido que el comunicado de ETA de abril último contiene "propuestas democráticas e interesantes".
Tampoco la presidencia del Gobierno Vasco parece comulgar con todos los pasos dados por el PNV en esa dirección. La adjudicación del título de "presos políticos" a los reclusos de ETA, por ejemplo, fue cortesmente desautorizada por Ardanza.
Más allá de la formalidad de los objetivos fijados para ayer, la Mesa de Ajuria Enea seguirá estando emplazada en la búsqueda de una estrategia homogénea unitaria respecto a la violencia. Por clamoroso que haya resultado el fracaso del último intento de diálogo y distensión, es más que probable que el PNV y EA persistirán en su alternativa del "diálogo como estrategia" que, según ellos, debe caracterizar "la segunda fase" del pacto.
Conceptos como diálogo, negociación, contencioso histórico y derecho de autodeterminación seguirán danzando durante la campaña, pero la incógnita está en saber si el pacto sobrevivirá a las próximas elecciones.
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