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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Seis meses en órbita del minisatélite

Desde las 18.23, hora peninsular española, del día 7 de julio de 1995, momento en que se separó de la tercera etapa del lanzador, el satélite de la Universidad Politécnica de Madrid UPM-Sat 1 es un vehículo espacial autónomo que, con una velocidad de 27.000 kilómetros/hora, da una vuelta alrededor de nuestro planeta cada 98 minutos, siguiendo una órbita polar de 670 kilómetros de altitud. Ha pasado medio año, tiempo suficiente para evaluar su comportamiento en órbita gracias a la ya enorme cantidad, de información recogida durante este periodo.Hasta ahora, el UPM-Sat 1 está funcionando satisfactoriamente y ha demostrado ser un satélite robusto capaz de superar las incidencias ocurridas, unas relacionadas con la estación de tierra y otras debidas al propio satélite. Respecto a la estación, además de diversos traslados hasta su ubicación definitiva en Soto del Real (Madrid), el incidente más grave tuvo lugar el 1 de agosto, cuando se partió el cable de la antena, lo que dañó el amplificador del transmisor de tierra y dejó la estación muda. La eventualidad de que el satélite tuviera que sobrevivir sin recibir órdenes desde tierra estaba prevista en EL PAÍS la secuencia nominal de operación, y así, el satélite entró en modo radiofaro, transmitiendo periódicamente una señal de identificación. A primeros de octubre la estación volvió a estar operativa.

En el satélite se ha detectado una anomalía en el software embarcado que, bajo ciertas circunstancias, da lugar a un funcionamiento anómalo del transmisor; esta situación se ha producido tres veces y no implica riesgo para el satélite, pues el UPM-Sat 1 es capaz de salir autónomamente de la mencionada situación. Otra incidencia está relacionada con el subsistema de potencia y es potencialmente más grave; por razones presupuestarias, el UPM-Sat1 lleva dos baterías comerciales sin calificación espacial. Los datos medidos en órbita indican que la temperatura de una de las baterías no ha variado prácticamente desde la puesta en órbita, manteniéndose entre 0º y 1ºC, mientras que la otra ha empezado a mostrar variaciones de temperatura muy grandes, de hasta 50ºC, que indican un mal funcionamiento que será, probablemente, la causa de la muerte técnica del UPM-Sat 1.

Durante estos seis meses, a pesar de lo precario del sistema de comunicaciones, pues sólo se disponía de una estación de tierra, se han podido realizar casi todas las operaciones previstas en la misión: se han ejecutado con éxito diversos comandos para variar la actitud del satélite, activando y desactivando los magnetopares varias veces para modificar la velocidad de giro del satélite; también se ha modificado desde tierra el software embarcado en dos ocasiones y se ha verificado la viabilidad de las comunicaciones de mensajería. Se ha pospuesto la realización del experimento sobre puentes líquidos debido al riesgo que implica para el sistema de potencia, pues requiere alimentar motores eléctricos.

Como en todo vehículo espacial, gran parte de las medidas obtenidas en órbita tienen que ver con el estado del propio satélite, con el fin de conocer si los diversos subsistemas están funcionando correctamente. En el UPM-Sat 1 se miden 30 parámetros internos cada cinco minutos y las lecturas de los magnetómetros se registran cuatro veces por segundo. Los paneles solares experimentales proporcionados por la Agencia Europea del Espacio (ESA) están funcionando satisfactoriamente.

El UPM-Sat 1 es un proyecto fundamentalmente educativo cuyo objetivo es mejorar la formación técnica y científica de los ingenieros que demanda el sector aeroespacial español. Este objetivo primordial se ha cumplido sobradamente, abriendo un campo de cooperación entre el sector industrial espacial y el universitario que se estrechará aún más con el desarrollo ya iniciado del segundo satélite de la UPM, denominado UPM-Sat 2 Matías.

José Meseguer es catedrático de Aerodinámica, ETSI Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid.

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