Condena para un estudiante que lanzó una bomba casera en una manifestación
No fue un atentado contra la autoridad, como sostenía la acusación, pero tampoco estuvo de brazos cruzados, como mantuvo él durante el juicio. Ésta ha sido la conclusión del titular del juzgado de Instrucción 16 de la plaza de Castilla, Eduardo, Bermúdez, quien ha condenado a Sergio Ramírez, un estudiante de medicina de 23 años, a siete días de arresto domiciliario (durante ese tiempo, no podrá salir de su casa) por perturbar el orden durante una manifestación estudiantil.
.Es decir, quemó papeles y lanzó una botella con material explosivo contra la fachada del Ministerio de Sanidad durante una manifestación estudiantil. Ramírez anuncio que recurrirá la sentencia, que le impone además 28.000 pesetas de multa.Sergio Ramírez es el estudiante más conocido de la Facultad de Medicina de Alcalá de Henares, donde cursa el último año de la carrera de medicina. Este joven, que reside en Getafe, era un desconocido cuando participó en su primera manifestación, el 13 de diciembre de 1994, junto a 10.000 estudiantes de medicina de toda España que protestaban por la aplicación de la normativa comunitaria sobre médicos de flamilia.Durante esta concentración frente al ministerio fue detenido por efectivos antidisturbios, y pasé la noche en un calabozo acusado de lanzar un cóctel mólotov para atentar contra los policías que vigilaban el desarrollo de. la protesta detrás de las puertas acristaladas del misnisterio.
El abogado del Estado pidió para Ramírez dos años, cuatro meses y un día de prisión menor, ante lo que sus compañeros de facultad organizaron una nueva tanda de su absolución. La última fue frente a los juzgados de la plaza de Castilla el día de la vista, el pasado día 21. El Fuenteovejuna estudiantil, al que se sumaron la junta de gobierno de la universidad y el pleno del Ayuntamiento de Alcalá, no convenció al juez, que considera sus actos en la sentencia de "desmedidos e ilícitos", ya que "la paz pública no debe ser alterada por el ejercicio legítimo del derecho de manifestación".
.Ramírez, que aspira a ser neurocirujano, no tendrá, no obstante, problemas para conseguirlo. El juez estima que el explosivo casero que unos jóvenes con las caras cubiertas entregaron a Ramírez se parecía más a un petardo que a un cóctel mólotov y que su objetivo era hacer ruido y llamar la atención sobre la protesta, y no agredir contra los agentes que se resguardaban tras las puertas del ministerio. Así que le absuelve del delito de atentado y le condena por una falta, lo que significa que el estudiante no tendrá inconvenientes para presentarse a oposiciones, según su abogado.
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