"A Uruguay de Carnavales"
El lotero Paco Cáselles sembróde millones la comarcaalicantina de La Marina Alta
Los millones cayeron antes que la anunciada lluvia en la comarca turística de La Marina Alta (Alicante). El número 51618, agraciado, con el segundo premio de la Lotería del Niño, fue vendido en la única administración que hay en Moraira, una entidad local menor de unos 5.000 habitantes, que lucha por segregarse del municipio de Teulada.Paco Caselles, el lotero, repartió 3.300 millones a través de dos vendedores ambulantes y de varios bares que adquirieron el número. El premio quedó muy repartido entre las localidades de Moraira, Teulada, Pedreguer, Xábia-y Benitatxell. "Ya vendí un primero, y un cuarto premio el verano pasado, y todo en 15 días", afirma Caselles con el aplomo de quien se sabe elegido por la suerte.. En total 4.470 millones en apenas seis meses.
A pesar de que Paco no se quedó ningún décimo ("son demasiados para comprarlos todos", dice), compartió la alegría con sus clientes, qué acudieron a mostrarle los décimos premiados y a llenarle la cara de besos. Excepto la joven Asunción Sempere, precavida ella, que mostró una fotocopia del décimo. "Anteayer mismo", comentó el lotero, "vino un cliente y dijo: me gusta ese número, guárdamelo todas las semanas, y fijate, a la primera acertó".
Paco se puso por la tarde a trabajar como sí nada, no sin antes acudir a felicitar a los hermanos Catalá, que regentan desde hace 30 años el bar Pometa de Benitatxell. "Nos vamos a Uruguay, de carnavales, que son el, 8 de febrero", acertó a decir entre copas (le cava y carcajadas la uruguaya María del Carmen, esposa de Antonio Catalá. En el bar se abrieron ayer 25 botellas de cava para celebrar los 120 mi. llones repartidos entre amigos y clientes, como Sebastiá, un empedernido solterón. "Ahora sí que encontrarás novia" bromeaban sus amigos. Los hermanos Catalá, a lo que les tocaron 36 millones en total, se enteraron de su suerte por la televisión. "Luego, no ha parado de sonar el teléfono y deven ir periodistas", comentó Luis. A su esposa, María Llobell, se le salía el café de las tazas porque pensaba en otras cosas.
Mientras la alegría histérica colapsaba la entrada en el bar, en el fondo del establecimiento varias decenas de jubilados, enfundados en sus boinas y pantunflas, jugaban al truc con la elegancia de un inglés. Algo se pegará en esta comarca turística, invadida por británicos y alemanes que en muchas localidades igualan o superan a los nativos. "Los extranjeros también se gastan un buen pellizco en estos sorteos, nosotros vendimos un número a uno de ellos.", explicó Paco el lotero.
El repartido premio contribuirá a sacar de más de un apuro a numerosas familias ocupadas principalmente, en la agricultura y en los servicios turísticos. "Pagar las deudas" fue la respuesta más oída ayer por los periodistas que acosaban a, los agraciados. Un matrimonio discutía entre risas: ".Nos vamos a comprar un coche", decía el marido, "De eso nada, vamos a dar la entrada para una casa", replicó la esposa. Todos encontraron un destino práctico para los 12 millones que cayeron por cupón. Excepto Sebastíán el solterón, siempre con ideas: "Yo me lo gastaré en, chicas guapa?.
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