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La asociación francesa para investigar el cáncer gasta en anuncios el 78% de sus ingresos

El Tribunal de Cuentas francés ha elaborado un informe en el que se demuestra que la ARC (Association pour la Recherche sur le Cancer) dedica sólo un 21% del dinero que recauda a la investigación sobre el cáncer.La ARC es una institución creada en 1962, que cuenta con tres millones de socios y recibe donaciones por cerca de 600 millones de francos (unos 15.000 millones de pesetas) al año. Su presidente, Jacques Crozemarie, es un personaje popular porque interviene en las cuñas publicitarias que la ARC difunde a través de radio y televisión. Ultimamente, tales campañas publicitarias han sido muy criticadas por entrar en una dinámica comparativa en la que el cáncer se decía minusvalorado frente al sida.

Hasta 1991, año en que el ministro socialista Claude Evin impulsó una ley relativa a "los organismos, la consecución de cuyos objetivos depende de la generosidad pública", las finanzas de dichos centros escapaban a todo control público.

La ley permitió al Tribunal de Cuentas iniciar unas pesquisas que, aplicadas sólo al año 1993, revelaron que la ARC, había dedicado 124 millones de francos a la investigación en la lucha contra el cáncer, mientras que el resto -458 millones de francos- servía para publicidad y gastos de gestión. La publicidad aparece disfrazada a menudo bajo los conceptos "prevención y comunicación".

El informe habla de numerosas irregularidades contables -las inversiones científicas previstas para 1994 aparecían sumadas a las del año anterior, por ejemplo- y de precios injustificados pagados a las empresas responsables de la edición de los documentos de la ARC. El precio del papel de dichos documentos está muy por encima del vigente en el mercado. Se habla también de pago de comisiones millonarias a intermediarios y en todos los casos se descubre que subcontratas e intermediarios pertenecen a un mismo grupo de comunicación.

El diario Le Monde, en diciembre de 1994, ya se hizo eco de informaciones inquietantes relativas a la gestión de la ARC. Entonces Jacques Crozemarie replicó diciendo que los papeles utilizados para hablar de la ARC carecían de existencia jurídica. Ahora Crozemarie cuestiona también las cifras desveladas por el Tribunal de Cuentas, porque son hijas de "divergencias de apreciación en los métodos contables". Según él, las cantidades destinadas -a la investigación del cáncer rondan el 50% del total manejado por la ARC.

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