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Un tribunal militar marroquí juzga en Rabat a 13 integristas que pasaban armas a Argelia

Marruecos corre el peligro de convertirse en la retaguardia de la guerrilla integrista argelina. Por segunda vez en menos de dos años, un grupo de 13 militantes islamistasa comparecido ante un tribunal militar de Rabat acusado de intentar pasar armas, municiones y explosivos para el Ejército Islámico Armado (AIS), el brazo militar del partido político Frente Islámico de Salvación (FIS). Se desconoce el origen de las armas capturadas por la policía marroquí, pero no se descarta que éstas hayan podido pasar, como en el caso anterior, por España.

El grupo de apoyo a la guerrilla integrista argelina, que empezó a ser juzgado ayer al mediodía ante el tribunal militar de Rabat, está integrado por nueve marroquíes y cuatro argelinos que, según versiones oficiales, fueron detenidos el pasado 14 de octubre en diversas operaciones llevadas a cabo en Casablanca y Uxda, localidad ésta junto a la frontera con Argelia. En aquellas operaciones la policía se incautó de un importante alijo de armas compuesto en su mayoría por revólveres, pistolas, granadas y otros explosivos, que entraron de contrabando en Marruecos durante los años 1994 y 1995, según aseguró ayer el fiscal militar en la lectura del acta de acusación, compuesta de una veintena de folios.

Las pesquisas efectuadas por los diversos aparatos de seguridad marroquíes indican que el grupo islamista desactivado en Marruecos estaba formado por tres células, una de las cuales estaba radicada en la ciudad de Casablanca y tenía como misión reclutar y apoyar el tráfico de militantes integristas dispuestos a trasladarse, a Argelia con la intención de sumarse a la guerrilla integrista.

Las mismas investigaciones policiales, minuciosamente descritas en el informe del fiscal, aseguran que las otras dos células operaban en la ciudad dé Uxda, junto a la frontera argelina, y estaban centradas esencialmente en el tráfico de armas y explosivos y en la recaudación de dinero entre los simpatizantes del integrismo islámico que viven en la región fronteriza, vinculada social y económicamente al país vecino.

Estos simpatizantes de la causa islamista parecen ser en su mayoría pequeños comerciantes, asentados desde hace años en la región, que han decidido permanecer en la zona a pesar de que desde el mes de agosto de 1994 se encuentra incomunicada de Argelia como consecuencia de la decisión del Gobierno argelino de cerrar los pasos fronterizos mientras Rabat exija a sus ciudadanos el visado de entrada.

El acta de acusación del ministerio fiscal fue escuchada con atención y silencio por los acusados, sentados en el banquillo del tribunal militar, en el barrio rabatí del Agdal. Todos vestían las tradicionales chilabas blancas, mientras algunos llevaban en la cabeza los gorros de lana característicos de la guerrilla afgana. Los cuatro acusados argelinos lucían, además, largas barbas.

Los argelinos reconocieron ser militantes del FIS y estar vinculados al Ejército Islámico Armado. A los otros nueve acusados se les considera próximos a la organización integrista marroquí Justicia y Caridad, que encabeza Abdesalam Yasin, quien desde hace más de cinco años se encuentra en arresto domiciliario y desde hace varias semanas constituye el centro de una polémica entre el Gobierno y los grupos de la oposición, que reclaman su puesta en libertad.

Juicio a Justicia y Caridad

Las relaciones de los nueve marroquíes con Justicia y Caridad convierten este proceso en un juicio contra el grupo de Yasin, sobre el que recaerán indirectamente todo tipo de imputaciones en el crítico momento en que trata de obtener, además de su propia libertad, la autorización para convertir su asociación en un partido político.El juicio, que durará varios días, se vio ayer interrumpido a petición de los abogados defensores que solicitaron la convocatoria de numerosos testigos, entre ellos un policía que, según la defensa, detuvo a los acusados un mes antes de la fecha establecida en los documentos.

[En Argelia, mientras, se ha rendido un destacado miembro del AIS, informa France Presse. Según el diario árabe Annasr, editado en París, Larbi Mezrag, primo y número dos de Madani Merzag, el comandante del Ejército Islámico Armado, se ha entregado a las autoridades en la ciudad de Jijel, feudo de este grupo armado sito a 240 kilómetros al este de la capital. El rotativo no da más detalles. Alrededor de mil guerrilleros se han rendido desde las elecciones presidenciales de noviembre, según una reciente información ofrecida por la radio oficial.]

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