La carrera por la marca

Medía docena de agentes esperaban ayer a las, 8.30 horas -algunos después de dos de espera- la apertura de la sede provisional de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) en Alicante para solicitar la inscripción de distintas marcas en el registro europeo. Varias firmas internacionales aspiraban a ocupar el puesto número uno, pero por decisión de la Oficina las 30 primeras quedan reservadas para organismos internacionales sin ánimo de lucro. Con esta medida, la dirección de la OAMI ha querido evitar las pugnas y las especulaciones entre los que querían conseguir el número uno. La Oficina no desveló qué organismo tendrá ese privilegio. La primera firma en registrarse, en cualquier caso, y tras librar una batalla contrarreloj fue la Asociación Internacional, para la Protección de la. Propiedad Industrial (AIPPI) depositó la primera solicitud. Tras ella, otras 150 se inscribieron el primer día. El segundo lugar (el número 32) fue para Sony. Después aparecen la empresa de productos deportivos Reebok y la de productos de perfumería Puig, entre otras.

Ignacio Díez de Rivera, un agente de la empresa de registro Elzaburu de Madrid, se desplazó con varias solicitudes de diversos clientes para inscribir en el registro. Tal vez, de haber sabido que su cliente no va a tener el número uno, no habría aguarda do la apertura de la oficina desde las 6.30. Pero siempre queda el hito de haber sido el primero, por delante además de firmas como la multinacional japonesa Sony, que pretendía el primer lugar.

La jornada de ayer era festiva en, los organismos europeos; sin embargo, tres funcionarios de la OAMI acortaron sus vacaciones navideñas para abrir al público la oficina. Las solicitudes no se hicieron esperar, a las 10.00 se habían inscrito cerca de 150 firmas. El resto de la jornada fue tranquila, y al final apenas se rebasó ésta cantidad. La mayoría de las peticiones corresponden a multinacionales, principalment extranjeras.

Los técicos de la oficina comenzarán a estudiar las peticiones a partir del 1 de abril, y no será hasta esa fecha cuando se realicen los primeros registros oficiales.

La apertura de la Euroagencia se produce dos años después de que el Consejo de Europa, reunido en Bruselas el 29 de octubre de 1993, acordara ubicar. en España la sede de su Oficina de Armonización del Mercado Interior, con el objetivo de crear un registro único de marcas, dibujos y diseños para los países de la Unión Europea.

Las marcas europeas pueden presentarse, además de ventanilla, a través de fax o en cualquiera de los registros nacionales de patentes y marcas de los países miembros de la Unión, en cuyo caso la solicitud deberá llegar a Alicante en el plazo máximo de dos semanas. El Reglamento establece que puede ser titular de las marcas cualquier persona, física o jurídica, pertenezca o no a un estado miembro. Las firmas de terceros países que quieran proteger sus marcas en Europa podrán hacerlo a través de la OAMI o en cada país de la UE.

El precio de registrar una marea es de 340.000 pesetas. En el momento de solicitar la inscripción se abonan 156.000 pesetas y el resto cuando se realizan los trámites. Por esta cantidad, la agencia registra hasta tres productos de una misma marca -en el caso de una empresa deportiva, las zapatillas, camisetas y muñequeras- y deberán abonarse otras 32.000 pesetas aproximada mente (200 ecus) por cada nuevo producto que desee registrar la rmsma marca.

Las solicitudes se pueden cursar en, cualquier idioma comunitario, aunque las lenguas oficiales con las que trabajará la agencia son cinco: español, francés, inglés, alemán e italiano. Los expedientes serán sometidos a un minucioso examen por parte de la OAMI para comprobar que cumple con todos los requisitos. La oficina de Alicante, tramitará posteriormente, una copia de la marca, diseño o dibujo a todos los registros nacionales para confirmar que los signos reclamados no entran con conflicto con ninguno registrado antes.

Una vez publicada la marca comunitaria, el titular será el único que podrá utilizarla en todo el territorio de la UE por un tiempo limitado de diez años, transcurrido, el cual se podrá renovar por el mismo período. Con este Reglamento se pretende eliminar obstáculos a la libre circulación de mercancías en la Unión, salvaguardando la identificación de productos y servicios, pero en principio no implicará la desaparición de los registros nacionales.