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Vecinos y parroquianos del Marx Madera luchan contra el desalojo

Los vecinos de Madera, 9, y los parroquianos de Marx Madera, un local regentado por el PCE en esta finca de Centro, han hecho causa común: luchar contra el derribo del edificio. Unos y otros quieren impedir que los dueños de este bloque de renta antigua logren que los jueces lo declaren en ruina económica -cuando los arreglos superan el 50% del valor de la finca sin el solar-, ya que se quedarían en la calle.

Este bloque centenario está formado por 26 viviendas -cuatro sin alquilar desde hace años- y dos locales, uno de ellos el de Marx Madera, que desde hace trece años organiza actividades culturales y reivindicativas. Aunque el aspecto de la fachada y del interior de las viviendas es bueno, hay zonas apuntaladas.La mitad de los pisos tienen menos de ochenta metros cuadrados y se pagan rentas entre las 94 y las 3.000 pesetas mensuales, que no pueden actualizarse con la actual Ley de Arrendamientos Urbanos, ya que los inquilinos son, en su inmensa mayoría, ancianos de bajos ingresos. Sólo Marx Madera paga más, 77.000 pesetas. José Rodríguez, de 45 años, presidente de la comunidad de vecinos, explica: "Pretenden conseguir la ruina del edificio, echarnos a la calle y edificar porque, además de que en ningún momento nos han planteado oferta alguna, tienen cuatro pisos vacíos sin arrendar". "En 1991, el sobrino de la propietaria nos comunicó que una empresa iba a comprar el edificio para arreglarlo y después vendérnoslo, lo que nos pareció bien", añade. "Pero hubo problemas entre los herederos, y la sociedad Madera Nueve, SL adquirió la finca, dejando de ejecutar los arreglos necesarios, cosa que nunca había ocurrido", concluye. El Ayuntamiento, a través de la ejecución sustitutoria, ha invertido diez millones de pesetas en apuntalar el edificio, tarea que obligó a realizar a la propiedad y que, según el criterio municipal, ésta ejecutó de mala manera. Después dio a los dueños un plazo, que venció en octubre, para concluir las reformas, aún sin iniciar. La letrada de la propiedad asegura que si no hay acercamientos a los inquilinos es porque las posturas están muy distantes, y asegura que el coste de las reparaciones supone un 200% del valor del inmueble sin el solar. Los vecinos piden la ayuda del consistorio.

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