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El regreso de Stefan Zweig

Jean-Jacques Lafaye indaga en el espíritu europeo del escritor vienés

Leer a Stefan Zweig era hace unos años un empeño de rebuscadores en librerías de lance, y su caso se citaba en los primeros puestos de la lista de autores misteriosamente desaparecidos. A fin de cuentas, de su Momentos estelares de la humanidad se vendieron en alemán -en los años veinte- cerca de un millón de ejemplares.Hoy sus libros están en los escaparates de toda Europa, y la razón es difícil de conocer. Su espíritu europeo, quizá. La amplitud de su obra: ensayos biográficos sobre casi cien personajes de la historia universal. La excelencia de su escritura. Jean-Jacques Lafaye propone: "Zweig vuelve porque la literatura europea actual se caracteriza por el ombliguismo y la oscuridad". Lafaye, hijo de un conocido hispanista, ha presentado en España su ensayo biográfico Nostalgias europeas. Una vida de Stefan Zweig (Juventud), que obtuvo en Francia en 1990 el Premio Lipp" de biografía literaria.

Zweig es un escritor realmente distinto respecto al modelo de nuestros días. Elijo de uno de los más ricos industriales austriacos, lo que le libraba del principal condicionante del artista, tuvo una juventud de frenético estudio (por libre) y poesía, en la Viena única del cambio de siglo, que también desde hace cierto tiempo se encuentra incomprensiblemente de nuevo bajo los focos. Incomprensiblemente por cuanto parece imposible que alguna vez fuese olvidada.

Talento para 'contar'

Inspirándose en la brillante estela de Hofmannsthal y admirador de Freud -que a su vez elogiaría su libro sobre él como el más inteligente que se. había escrito hasta la fecha-, coetáneo de Schnitzler, Kraus, Musil, Kokoshka, Klimt, Schiele y una larga ista sin la cual el siglo no está completo, Zweig descubrió pronto que tenía talento para contar quiénes habían sido artistas excepcionales, como Tolstói, o personajes oscuros, como Fouché, arquetipo mismo del cinismo político. "Zweig tuvo la modestia y la generosidad de aceptar su talento de divulgador", dice Lafaye. Sin necesidad de dinero, utilizó su talento para la claridad, que no trivialidad, y para difundir la gran cultura."No se rebajó al nivel de las grandes audiencias, que es lo que se propone ahora, sino que intentó subir ese nivel", dice Lafaye. "Y dio le mejor que podía dar". La vida y obra de Zweig testimonian también un espíritu individual que es el reverso del espíritu actual, muy tendente a la uniformidad en la cultura de los medios de comunicación de masas, en opinión de Lafaye. Zweig propuso una civilización europea, y su autobiografía, el último libro que escribió, da testimonio de su dolor al creer que se había equivocado, por ingenuo.

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