El Gobierno polaco acusa a Walesa de intentar desestabilizar el país
El Gobierno polaco examinó ayer las acusaciones del presidente saliente, Lech Walesa, y sus aliados contra el primer ministro Jozef Oleksy y concluyó que no hay peligro para la seguridad del Estado. A tres días de la investidura, del presidente electo, el socialdemócrata Aleksander Kwasniewski, la tensión política se ha disparado en Polonia tras las denuncias vertidas por Walesa y el ministro del Interior, hombre de su confianza, sugiriendo que el ex comunista Oleksy tuvo contacto con espías soviéticos. El primer ministro ha acusado a Walesa de "sucia provocación" y de querer desestabilizar el país.
Walesa, que dirigió la victoria del sindicato Solidaridad contra los comunistas en 1989, perdió las elecciones presidenciales del mes pasado ante Aleksander Kwasniewski, ex comunista como el primer ministro Oleksy y estrecho aliado político suyo en el partido socialdemócrata. Los simpatizantes de Walesa intentaron a comienzos de diciembre la anulación de las elecciones alegando que Kwasniewski había mentido al declararse licenciado universitario. La fiscalía militar inició ayer una investigación para esclarecer si, tal como se dice en los documentos presentadas por el ministro del Interior, Andrzej Milczanowski, "uno de los máximos dirigentes del Estado ha cometido el delito de alta traición". La fiscalía tiene 30 días para decidir si abre una investigación. En el comunicado oficial de Walesa, en el que se sostiene que el caso representa un peligro para la seguridad nacional", no se menciona directamente a Oleksy, pero las filtraciones periodísticas coinciden en que la andanada es contra él.El primer ministro polaco, según Walesa, habría colaborado con los servicios secretos soviéticos y rusos desde 1983 hasta 1994, cuando ya era presidente de la Cámara Baja del Parlamento. En opinión de políticos de la izquierda, los documentos recopilados por Interior no son "serios", y "como mucho" pueden figurar entre ellos cintas de vídeo de un partido de tenis entre Oleksy y funcionarios de la Embajada soviética en Varsovia.Los servicios de seguridad rusos aseguraron ayer en un comunicado oficial se que las informaciones divulgadas por Walesa "son una insinuación mentirosa y una intriga política". Oleksy dijo ayer el auténtico peligro para la seguridad nacional polaca lo representan las personas que "no saben abandonar su cargo con dignidad". La más próxima colaboradora de Kwasniewski, Danuta Waniek, dijo que "Walesa prenderá fuego al país antes de abandonar el cargo". La embajada de Estados Unidos en Varsovia comentó que esperaba que el tema se resolviera rápidamente y por los procedimientos constitucionales. El Gobierno, reunido ayer de forma urgente, emitió un comunicado en el que afirma que no existe ningún peligro para la seguridad nacional polaca. El portavoz del presidente electo afirmó que "sólo un golpe de Estado" podría impedir que Aleksander Kwanniewski tomara posesión de la presidencia el sábado, en alusión a la hipótesis de que el fin que persigue Walesa sea la implantación del estado de excepción en Polonia y la prolongación de su mandato.
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