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El juez instructor del 'caso GAL' aprecia igual firmeza en Barrionuevo y Sancristóbal

, El juez del Tribunal Supremo que instruye el caso GAL, Eduardo Móner, apreció ayer igual firmeza entre el ex ministro del Interior (1982-88) José Barrionuevo y el ex gobernador civil de Vizcaya Julián Sancristóbal, durante el careo que ambos mantuvieron durante dos horas sobre las contradicciones existentes en sus respectivas declaraciones previas. Sancristóbal instó varias veces a Barrionuevo para que dijera la verdad y, en al menos dos ocasiones, le acusó de estar mintiendo. Según varios abogados, el ex gobernador proporcionó detalles minuciosos de las acusaciones contra el actual diputado socialista, si bien éste afirmó que su oponente se había mostrado impreciso y dubitativo a la hora de ofrecer datos concretos.

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Las espadas siguen en alto y técnicamente se ha producido un empate, al margen del grado de credibilidad que pueda ofrecer una persona que niega las acusaciones para exculparse (Barrionuevo) frente a otra que se autoinculpa y al mismo tiempo acusa a otros (Sancristóbal), según comentaron fuentes jurídicas del Tribunal Supremo.Tanto Barrionuevo como Sancristóbal mantuvieron sus respectivas versiones de los hechos.

Los puntos de contradicción eran varios: 1) una conversación, que Barrionuevo niega, en la que, según Sancristóbal, el 4 de diciembre de 1983, el entonces ministro le autorizó a seguir con el secuestro de Segundo Marey para presionar a los franceses, a pesar de saber que se habían equivocado de hombre; 2) la supuesta entrega de un millón de francos por parte del entonces director para la Seguridad del Estado, Rafael Vera, a Sancristóbal para financiar la operación de secuestro; 3) el contenido de las conversaciones mantenidas en la cárcel, en las que, según Sancristóbal, le dijo a Barrionuevo que tenían que dar la cara, extremo negado por éste.

A la salida del careo, Sancristóbal declaró a los periodistas que había expuesto la realidad de los hechos tal y como se produjeron y que Barrionuevo los había negado.

"Hemos dialogado y las posturas estaban encontradas, explicó. "Le he dicho que mentía cuando he visto que su versión faltaba a la verdad. Su posición no es verosímil. El grupo que estábamos en Bilbao no hicimos nada con carácter autónomo. Participamos en los hechos siempre con conocimiento y consulta previa a los superiores, que eran Barrionuevo y Vera", aseguró Sancristóbal.

Barrionuevo hizo ver que Sancristóbal expuso dudas y algunas contradicciones en detalles concretos con las declaraciones de otros coimputados. Agregó que nunca ordenó, ni autorizó, ni consintió ningún hecho ilegal y que jamás mantuvo negocios de ningún tipo con Sancristóbal.

Tensión

Los dos incidentes de más tensión se produjeron cuando Sancristóbal dijo a Barrionuevo que la cúpula de Interior era la organizadora de la acción del secuestro de Marey y el ex ministro replicó que qué pintaba Ricardo García Damborenea -que era secretario general de los socialistas de Vizcaya- si la organización era de Interior.

Sancristóbal, según Barrionuevo, perdió los estribos y por so le acusó de mentir. Sancristóbal, sin embargo, mantiene que no perdió los estribos sino que le recordó que se había producido una situación excepcional "por un acto ilegal", como era la equivocación en la persona secuestrada y que por eso se recurrió a Damborenea, como referente político.

Respecto a la conversación en la que supuestamente se autorizó mantener secuestrado a Marey, Sancristóbal afirmó que hubo varias llamadas telefónicas la noche del secuestro entre el Ministerio del Interior y la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. Añadió que él conversó con Barrionuevo y con Vera, pero que recuerda con nitidez la conversación clave, cuando se sabe que el secuestrado no es el etarra Mikel Lujúa Gorostiola, sino Segundo Marey, y que Barrionuevo autorizó a mantener.

El ex ministro dijo que Sancristóbal no pudo determinar con exactitud la hora de la supuesta llamada que le involucra en el secuestro, que el ex gobernador reconoció que no habló con él en presencia de José Amedo -como el ex policía procesado sostiene- y que admitió que ningún guardia civil se hubiera puesto a identificar a nadie en la frontera de Dantzarinea (Navarra), como ocurrió, si el ministro hubiera dado las órdenes oportunas.

Sancristóbal aseguró que Vera le entregó un millón de francos en un maletín para financiar el secuestro del etarra Lujúa, extremo que Barrionuevo rechazó. El ex policía José Amedo y los mercenarios Mohand Talbi y Jean Pierre Echalier recibieron varias cantidades con cargo a ese dinero.

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