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Una exposición homenaje a Joan Prats reúne en la Fundación Miró obras de Calder, Tàpies y Kandinsky

"Siempre he pensado que sin Prats, Barcelona habría sido diferente", escribe Antoni Tàpies. "Joan Prats era por encima de todo un hombre que vivió apasionadamente la gran aventura del arte del siglo XX en todas sus maneras de manifestarse", afirma el compositor Josep M. Mestres Quadreny. "Joan Prats, coordinador y diplomático entre artistas y público, era un mecenas sin dinero. Amigo de todas las artes vivas de nuestro tiempo, es insustituible...", decía el arquitecto Josep Lluís Sert. A estas declaraciones podrían sumarse las de Joan Miró, que fue su gran amigo de toda la vida, o las de Joan Brossa, que conoció a través de Prats los movimientos de vanguardia de la primera mitad de este siglo. Y es que Joan Prats (Barcelona, 1891-1970) fue el gran hombre a la sombra de la cultura catalana de este siglo.La Fundación Miró de Barcelona, institución de la que fue el principal impulsor, inauguró ayer una pequeña exposición homenaje en el 25º aniversario de su muerte. En ella se han reunido las 14 obras de Joan Miró que Prats donó a la fundación -entre las que hay piezas tan importantes como Ermita de Sant Joan de Horta, de 1917, y Retrat d'una vaileta, de 1919-; todos los grabados de la Suite Barcelona, de Miró, que Prats editó en 1944, justo a la vuelta del artista a España; unas 18 piezas que pertenecieron a la colección particular de Joan Prats, entre las que figuran obras de Picasso, Calder, Dalí, Kandinsky, Tàpies, Miró, Cuixart y Joan Ponç, y algunos de los originales de artistas como Chillida, Matisse y Guinovart que se reprodujeron en el libro Homenaje a Joan Prats, que se editó en 1975. La exposición se completa con una vitrina con objetos, documentos, libros y dibujos pertecientes a Prats.

La comisaria de la exposición es Maria Lluïsa Borràs, crítica de arte que fue amiga y discípula de Prats. "Cuando hablo de él sólo puedo decir que fue mi padre y mi madre en las cuestiones de arte", comenta Borràs. "Recuerdo que, de jovencita, me llamaba y me decía que fuera porque quería saber mi opinión sobre una u otra exposición. En realidad, lo que quería era que viera aquella exposición, pero lo hacía de una manera que te hacia sentir importante. Siempre estaba escondido, en segundo término. Fue el puente entre la generación de antes de la guerra y los jóvenes artistas de la posguerra".

Joan Prats, en realidad, era sombrerero por tradición familiar. Tenía una sombrería, que en los últimos tiempos estaba situada en la Rambla de Catalunya, en la actual galería de arte Joan Prats, y combinaba este trabajo con sus aficiones artísticas, literarias y musicales. Gran defensor de las vanguardias, fue fundador del grupo Amics de l'Art Nou (ADLAN) en 1932, y en 1949 del Club 49, también dedicado a la vanguardia. Durante el conflicto bélico colaboró en el salvamento de las obras de arte catalanas y al finalizar éste fue denunciado y pasó medio año en la prisión. Sus actividades como impulsor de la cultura le llevaron a organizar veladas, encuentros, publicaciones y exposiciones.

En la inauguración de la exposición, se ofreció un concierto de piano a cargo de Liliana Maffiotte con piezas de compositores que fueron amigos de Prats, como Gerhard, Homs, Mestres-Quadreny y Schönberg.

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