La difícil recuperación de la confianza
, "La confianza de los inversores extranjeros no se vuelve a ganar de la noche a la mañana", coinciden en señalar los analistas dentro y fuera de México, cuando se les pregunta por el clima económico a un año de la crisis monetaria que hizo saltar las alarmas de los mercados internacionales. Con todo, los expertos, se muestran moderadamente optimistas respecto al futuro.
"Las medidas de rigor han sido más lentas de lo que exigían el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Pagos Internacional, pero estas instituciones siempre se muestran muy estrictas. Queda por ver en qué medida el inversor se lo cree", explica César Cantalapiedra de Analistas Financieros Internacionales. Para Cantalapiedra, "existe un moderado optimismo sobre los fundamentos económicos, un compás de espera en las inversiones de cartera y mayor optimismo en las inversiones directas, sobre todo de Estados Unidos".
"En los primeros días de este mes, algunas unidades del ramo de la construcción (cables, tuberías, saneamientos) han experimentado un repunte sorpresivo en sus ventas", constata por su parte el director general para México de la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's, Víctor Manuel Herrera. En su opinión, se trata de una "señal positiva" con vistas a 1996, ya que de la misma forma que esos negocios son los primeros afectados por una crisis, también suelen ser los primeros en reactivarse.
Las previsiones de la OCDE
En ese mismo sentido se manifiesta un informe divulgado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De acuerdo con este organismo, del que México es miembro, la reactivación económica debería comenzar a finales de 1995 y "consolidarse en los próximos dos años". A condición, eso sí, de que se mantenga "un contexto político estable".Con todo, eso no significa que el peso vaya a apreciarse en el futuro inmediato, advierte Cantalapiedra, ya que la tasa de inflación se mantiene muy alta (por encima del 50%, frente al objetivo oficial de acabar el año con 42%). Para frenar su crecimiento, el Gobierno mexicano ha recurrido al aumento de algunos impuestos y al control de los salarios. La consecuencia inmediata ha sido una importante pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos que si bien ha ayudado a reducir las importaciones, introduce elementos de descontento social preocupantes.
"La gente no percibe la recuperación", reconoce Herrera, que apunta a los efectos del desempleo como uno de los riesgos más importantes. "Ha sido un ajuste muy duro", dice, por su parte, Cantalapiedra.
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