La jondura esencial

Excelente concierto este que nos ofreció el segundo de los Habichuela. Es un guitarrista en plenitud, con sorprendente capacidad para evolucionar hacia un concepto moderno de la música flamenca sin perder un ápice de la jondura esencial. Es una guitarra, la suya, con una sonoridad, profunda y enormemente expresiva. Algunas de sus creaciones, singularmente las que suele interpretar en solitario, son de una belleza incontestable. La rumba A Mandelí, por ejemplo, que daba título a su disco de 1983, mantiene toda su frescura como si el tiempo no pasara por ella, y si algo nos parece distinto es para mejorar; ya es difícil que un género tan extraflamenco como la rumba suene con esa flamencura doliente que Pepe Habichuela sabe transferirle.Hubo otros Habichuela en el escenario. José Miguel, el hijo de Pepe, con su guitarra. Antonio Carmona, su sobrino, acompañándole en la percusión por alegrías. Pepe Luis Carmona, otro sobrino, en el cante, que hizo muy bien por tonás y por tarantos. Amparo, su mujer, y otras de la familia, en el son y el biale de la fiesta final. Son testimonio de un arte poco común.