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Tecnología con aplicación militar para submarinos

Aunque la astronomía y la investigación de la alta atmósfera sean los inmediatos beneficiarios del nuevo telescopio de espejo líquido instalado en Alaska, los experimentos con este equipo pueden desembocar en nuevas técnicas militares para mandar señales a submarino y rastrear túneles secretos y bunquers en campos de batalla.El Departamento de Investigación Naval y el Laboratorio Phillips de la Fuerza Aérea están ayudando a la financiación del telescopio de Alaska. Los investigadores dedicarán parte de su tiempo a buscar débiles destellos, de luz o de radiación infrarroja estimulada en la ionosfera a unos 100 kilómetros de altura por pulsos intensos de radiofrecuencia transmitidos desde tierra.

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Espejos líquidos para nuevos telescopios

La comunicación con submarinos a gran profundidad por radio fue prácticamente imposible hasta que la marina de Estados Unidos puso a punto un sistema basado en ondas de radio de muy baja frecuencia (por debajo de 1.000 hercios), denominadas ELF. Un mensaje codificado ELF mandado desde tierra no puede ser respondido desde las profundidades marinas, pero lo que hace el submarino es subir a la superficie cuando recibe el aviso para poder recibir un mensaje de radio convencional.

Dos baterías de antenas

Desde hace 10 años, la marina ha transmitido mensajes ELF globalmente desde dos enormes baterías de antenas, en Wisconsin y en Michigan, lo que La provocado cierta oposición entre la población local por considerar que la energía electromagnética es perjudicial. A pesar de la falta de pruebas de que esto sea cierto, la marina está buscando otra forma de mandar sus mensajes ELF, para lo que realiza los experimentos de Alaska._

El nuevo sistema utilizaría como antena la ionosfera terrestre. Experimentos realizados han demostrado que cuando un rayo estrecho de ondas de radio de alta frecuencia se envía a la ionosfera y se enciende y apaga varias centenares de veces por segundo, la ionosfera emite una señal ELF que puede ser recibida incluso en el océano profundo en todo el mundo.

Nadie hasta ahora ha explotado este fenómeno como enlace de comunicación y se trata de ver si resulta práctico. Para ello se van a enviar señales desde una batería de antenas a unos 500 kilómetros del telescopio hacia un punto situado justo encima de él. El telescopio debe detectar si se produce el débil punto de luz que indica la señal ELF.

Según un experto, la energía de la señal de alta frecuencia produce un calentamiento local que cambia la conductividad eléctrica de la ionosfera y da lugar a un electrojet. Estos son corrientes naturales de electricidad enormemente poderosas que tienen que ver con la producción de la luz auroral de las regiones polares. Así se produce la. señal ELF de baja frecuencia.

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