TRUEQUE

Un empresario murciano, cuya identidad no se ha hecho pública, ha puesto a la venta dos escopetas de caza que pertenecieron al general Franco. Las armas llegaron a su poder de la forma más insospechada: por el pago de una deuda. El pasado mes de julio, un cliente que le debía desde hacía cinco años algo más de un millón de pesetas por la adquisición de un vehículo le ofreció las dos armas para saldar las cuentas pendientes. El cliente, José María Martínez Bordiú, sobrino del marqués de Villaverde, le contó en una carta que le remitió que las escopetas pertenecieron a Franco, y que éste se las regaló a su padre, y así habían llegado a su poder. Aquí empezó una investigación para aclarar si era cierto el origen de las escopetas, pues carecían de la correspondiente documentación. Al parecer, el general Franco no acostumbraba a pasar por estos trámites burocráticos. La Comandancia de la Guardia Civil de Murcia, que recibió del abogado del empresario las escopetas para su legalización, contactó con la de Bilbao. Y aquí se comprobó que, efectivamente, el artesano Arrizabalaga realizó por encargo, en 1946, dos escopetas gemelas numeradas con el 1 y el 2 en una pequeña corona de oro situada en la culata, y su destino era El Pardo.-