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Entrevista:

"Los adolescentes no cambian cada diez años"

Amelia Castilla

Dice Martín Casariego Córdoba que las emociones y los sentimientos no cambian con el paso de los siglos. Los adolescentes de ahora juegan con ordenadores y están conectados a Internet, pero pasan por lo mismo que pasaron las generaciones que les precedieron. "Lo que marca la diferencia es la estética. Se modifican las cosas que tienen que ver con el marketing, pero no la esencia. Los adolescentes no cambian cada diez años", asegura rotundo el autor de Y decirte alguna estupidez; por ejemplo, te quiero, una novela dirigida al público juvenil, editada recientemente por Anaya en su colección Espacio Abierto.Es la primera vez que Casariego (Madrid, 1962) se acerca al mundo de los jóvenes. Y decirte alguna estupidez; por ejemplo, te quiero es la tercera novela de este escritor, que ha participado como coguionista en la película Amo tu cama rica, de Emilio Martínez Lázaro. "El arte de amar o el del olvido no han variado. Cuando llegan a casa se sienten solos, tienen un amigo que es un cabrón, son gordos, padecen anorexia o no saben cómo ocultar los granos", dice Casariego. Los protagonistas de su novela tienen un lenguaje más que aceptable, tienen buenas relaciones con sus progenitores y no caminan por el lado salvaje de la vida. "El mundo es más diverso de lo que nos quieren, hacer creer", dice Casariego. "No sólo hay chicos del tipo 'qué pasa, colega' o el 'vale, tío'. Son dos mundos distintos que coexisten. No creo que haya que infravalorar a los jóvenes por culpa de cuatro estereotipos". A los personajes de Martín Casariego les gusta coleccionar momentos, van por la vida "más desarmados que Gandhi" y les dan "unos bajones repentinos de tobogán".

Consultorio sentimental

Casariego comparte su trabajo de escritor con el de articulista. Al tiempo que prepara su cuarta obra, una novela del género negro que se llamará Mi precio es ninguno y que se publicará en primavera, lleva el consultorio sentimental de una revista de moda. Una lectora le escribió no hace mucho para pedirle consejo porque los novios de dos amigas suyas se iban de putas como Hugh Grant. Y eso que las chicas eran guapas y nada pazguatas en la cama. ¿Por qué ellos se van con profesionales?, preguntaba preocupada la lectora. "Primero, porque son unos capullos, y segundo, porque a los muy capullos les sobra la pasta", contestó Casariego en su línea abierta.

Y decirte alguna estupidez; por ejemplo, te quiero fue una novela de encargo, pero eso no limitó su capacidad creativa. "He escrito lo que me ha apetecido, nunca hubiera aceptado si eso hubiera supuesto algún compromiso por mi parte", dice muy serio. La editorial impuso que los protagonistas fueran jóvenes y que no hubiera sexo ni violencia, pero eso no le importó lo más mínimo. Juan, el protagonista de la novela, es un muchacho tímido que el primer día de clase se enamora de Sara, una chica decidida y fumadora, capaz de sacarle de sus casillas. Juan guarda su amor en secreto.

La novela recrea los asuntos que rodean la vida de un chico de 16 años, lo que pasa en clase, las broncas con los amigos, el trato con su hermano menor y el homenaje a Butragueño.

Como un ejemplo del carácter de cada uno de los protagonistas baste decir que la chica lee El príncipe y el chico El principito. El autor niega que el protagonista vaya de víctima por la vida. "Se trata de un amor no correspondido, y, más que del personaje, es un problema de situación". Tampoco quiere generalizar Casariego, aunque reconoce que es muy tentador decir que las mujeres son más listas. "No lo extrapolaría, aunque reconozco que en asuntos de amor es posible que lleven la voz cantante". Los críticos han definido la obra como una novela que se "lee fácil y rápidamente", pero el autor niega que eso signifique que se ha escrito rápidamente. "El trabajo de un escritor es hacer que el lector disfrute y se entretenga. Sin caer en la simpleza o en la tontería".

La obra será presentada el próximo jueves, en Madrid, en el fórum de la FNAC. El escritor espera pasar también la prueba de fuego que le ha preparado la editorial y que supone que la obra sea discutida por el propio autor con los jóvenes en diversos colegios.

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