La reforma sanitaria
En el reportaje publicado en su periódico el pasado 29 de noviembre sobre unas jornadas organizadas por la UGT se me atribuyen declaraciones que no hice.No es cierto, por ejemplo, que yo dijera que los médicos (de los hospitales públicos) trabajan por la tarde en la asistencia privada y no tienen ningún interés en aumentar la productividad, de la pública". Lo que dije, y está escrito en varios artículos que he publicado, es que la productividad de los hospitales públicos no es tan alta como pudiera ser porque muchos Jefes de servicios aunque manifiesten estar en dedicación exclusiva alternan su trabajo público (por la mañana) con la privada (por la tarde) y que debido a la gran importancia que un jefe de servicios tiene en marcar la pauta de productividad de un servicio, esta productividad queda afectada negativamente.
Los jefes de servicio son una minoría (influyente, pero minoría) dentro de la profesión médica hospitalaria. Es injusto e inmerecido por lo tanto poner a todos los médicos hospitalarios en la misma categoría. Quiero que conste que tengo el máximo aprecio, respeto y estima hacia la profesión médico-hospitalaria, cuya labor no está suficientemente reconocida dentro del sistema sanitario español. En la conferencia, hice elogio de los profesionales, trabajadores y empleados que trabajan en el sector público sanitario, señalando a su vez la gran urgencia e importancia de agilizar la Administración pública, una de las materias pendientes de la transición democrática.
Se me atribuye una crítica al ministerio porque "no se atreve a aplicar esta medida de ahorro (la sustitución de productos comerciales por productos genéricos) para no enfrentarse al poder de los laboratorios fármacéuticos".
Indiqué en la conferencia que ha habido resistencias a aplicar esta medida por parte de las autoridades sanitarias españolas, pero también señalé que la actual ministra de Sanidad (de la que soy asesor) ha comenzado a incidir positivamente sobre este tema, aunque queda mucho por hacer.
También es incorrecto que yo dijera que en EE UU, el 82% del consumo de farmacia es en forma de medicamentos genéricos". Indiqué que el 82% de la oferta farmacéuticá era de productos genéricos. Quisiera hacer otra aclaración respecto a mi comentario sobre el peligro que representaría el introducir la comercialización de la medicina, recogido inmediatamente después de las declaraciones del consejero de Sanidad de la Generalitat, Xavier Trias, efectuadas en las mismas jornadas, en las que detalló los objetivos de la Ley de Reforma Sanitaria aprobada por el Parlamento catalán.
En realidad, como indiqué en mi presentación, yo apoyo tal refórma,. a pesar de las reservas que tengo en puntos importantes de ella, como por ejemplo el riesgo de comercialización de la medicina. Que tal riesgo se convierta en realidad depende de las presiones que se realicen en el desarrollo de la ley, la cual tiene su globalidad más aspectos positivos que negativos.-
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