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Clinton y Chirac presionan a González por mi contrato de 15 helicópteros militares

Miguel González

La compra de 15 helicópteros de transporte táctico para el Ejército de Tierra ha desencadenado una batalla política y comercial sin precedentes entre la firma norteamericana Sikorsky y la francesa Aerospatiale. Los propios presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton, y de Francia, Jacques Chirac, se han dirigido por carta al jefe del Gobiemo español, Felipe González, para recomendar a su respectiva empresa. El contrato se trató en la cumbre hispano-francesa del pasado 9 de octubre en Madrid y se abordará, con toda probabilidad, durante el visita que Clinton realizará a España el próximo fin de semana.

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Apuesta americana

Ni los más veteranos del Ministerio de Defensa recuerdan presiones tan fuertes como las que están rodeando la compra de los 15 helicópteros y ello, a pesar de que se trata de un programa relativamente menor, de sólo 26.000 millones de pesetas. La decisión española se ha convertido, sin embargo, en piedra de toque de la batalla que la industria aeronaútica europea libra con la norteamericana, en la que se juega su propia supervivencia.El Trigre, helicóptero de ataque diseñado por Eurocopter (consorcio franco-alemán que lidera Aerospatiale), acaba de perder dos concursos en Holanda y el Reino Unido en favor de su competidor norteamericano, el Apache, y la compañía francesa no puede permitirse una tercera derrota en su mercado europeo. Chirac se implicó personalmente en la batalla el pasado verano, a los dos meses de su llegada al Elíseo, remitiendo una carta a Felipe González, que fue difundida por la prensa francesa.

Pocas semanas después, sin embargo, y aunque su existencia no se ha dado a conocer hasta ahora, se recibió en La Moncloa otra misiva, esta ve z de Clinton, avalando la opción de Sikorsky.

Esperando a Clinton

Durante la reciente cumbre hispano-francesa, el Gobierno español explicó a sus huéspedes que la decisión definitiva, por razones de cortesía, no se adoptaría antes de la visita de Clinton, que llega a Madrid el próximo sábado. El 14 de noviembre, con motivo de la cumbre de la Unión Europea Occidental (UEO), celebrada en la capital española, el ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, reiteró este mensaje a su colega francés, Charles Millon, y le indicó que España no ha variado su criterio en este tema; lo que fuentes francesas interpretan como una preferencia por su oferta.Ante esta ofensiva diplomática, Estados Unidos no se cruzado de brazos: en los últimos meses se ha producido un verdadero desfile por Madrid de altos cargos de las secretarías de Estado de Defensa y Comercio que, con el apoyo de la embajada norteamericana, han multiplicado los contactos con responsables de los ministerios españoles de Defensa, Industria y Exteriores. El presidente de Sikorsky ha estado en España al menos tres veces, la última de ellas la semana pasada.

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A pesar de contar con el firme apoyo del Ejército de Tierra, que se ha decantado por el Black Hawk norteamericano frente al Super Puma o Cougar europeo, por razones operativas, Washington sabe que en este momento no puede ganar el contrato.

Opción francesa

Tanto Moncloa como el Ministerio de Defensa prefieren la opción francesa, por motivos fundamentalmente políticos e industriales. Por eso, la estrategia de la Administración norteamericana es ganar tiempo, con la esperanza de que un futuro gobierno del Partido Popular sea más receptivo a sus puntos de vista. Lógicamente, la pretensión francesa es la contraria: que la decisión se adopte lo antes posible.Según fuentes conocedoras de la negociación, el acuerdo con Francia ya está cerrado y sólo falta que el Gobierno le dé luz verde. En su reciente visita a París, el director español de Armamento y Material, Francisco Arenas, se encontró con la sorpresa de que sus interlocutores aceptaban sin reparos todas las exigencias españolas.

En cuanto se produzca1a decisión política, se firmarán dos contratos: la compra de 15 helicópteros Super Puma por parte del Ejército de Tierra español y la adquisición de siete aviones CN-235, que fabrica la compañía española Construcciones Aeronaúticas (CASA), por el Ejército del Aire francés.

La compra de los siete CN-235 españoles, que se sumarán a los ocho ya adquiridos por Francia, así como otras compensaciones hasta completar el precio total de los helicópteros, es la principal ventaja de Eurocopter.

La oferta de Sikorsky, de su lado, es algo más barata que la francesa, unos 2.000 millones de pesetas, e incluye también un 100% de compensaciones, aunque su compromiso es menos concreto. La firma norteamericana ha presentado como tarjeta de visita su acuerdo con la empresa vasca Gamesa para fabricar el helicóptero S-92, así corno la creación de un centro de apoyo logístico y otro de reparación de componentes, para garantizar que la incorporación de un nuevo modelo no supone un sobrecoste al Ejército español.A finales de octubre, la diputada socialista catalana Ana Balletbó presentó una pregunta en el pleno del Congreso sobre la compra de los 15 helicópteros. En el último momento, la pregunta fue retirada. Desde el Ministerio de Defensa se indicó a la diputada que no era el momento oportuno para contestarla.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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