¿A la segunda va la vencida?
Éste es el segundo intento para dotarse de una ley de divorcio que se plantea en Irlanda. Debido a que la Constitución de 1937 prohíbe expresamente en su artículo 41 la disolución del matrimonio, ha sido necesaria la redacción de una enmienda (conocida como enmienda 15) que revoque dicho artículo y la consiguiente convocatoria de un referéndum para modificar el marco legal básico del país.En 1986, dos tercios de la población se pronunció en contra de hacerlo, pero ello no desanimó a los sucesivos gobiernos partidarios de introducir una ley de divorcio. Lo, que ayer votaron los irlandeses fue en realidad un "sí" o un "no" a esa enmienda 15. A partir de ese resultado, una nueva legislación tendrá que someterse a la aprobación del Parlamento. La dificultad para un país abrumadoramente católico reside en la fuerte oposición de la iglesia católica local -secundada por el Papa- a aceptar una ley civil que contradice la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio.
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