Major y Bruton no logran desbloquear las negociaciones sobre el Ulster

El primer ministro británico, John Major, y su homólogo irlandés, John Bruton, fracasaron ayer en su objetivo por alcanzar un acuerdo sobre la línea a seguir en el proceso de paz norirlandés. Tras una nueva conversación telefónica, la cuarta que ambos mantienen en la semana, la cuestión del desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA) sigue interponiéndose en las negociaciones.En los últimos días, el Gobierno de Londres ha reforzado en sucesivas intervenciones públicas su exigencia sobre la entrega simbólica del armamento del IRA como condición previa a la inclusión de su brazo político el Sinn Fein, en futuras conversaciones. Paralelamente, la falta de acuerdo entre Major y Bruton imposibilita la convocatoria de una cumbre angloirlandesa en vísperas de la visita oficial del presidente de Estados Unidos,Bill Clinton.

El titular de la Casa Blanca ha decidido recortar su estancia en el Uster, Irlanda e Inglaterra, limitándola a encuentros exclusivamente oficiales. Una decisión que él líder de la oposición irlandesa, Bertie Ahern, calificó el jueves como "una señal de la creciente impaciencia por parte de la Admínistración norteamericana ante el paso de tortuga con que se avanza en el proceso de paz".

Bruton y Major tienen aún que limar sus diferencias respecto a la composición y funciones de una comisión internacional que aborde el problema del desarme de los grupos paramilitares. Pero su futuro y anhelado comunicado conjunto deberá contener, también las pautas del llamado "camino en paralelo", es decir, de una posible estrategia que permita al Sinn Fein participar en las negociaciones sin exigir la derrota del IRA

Para los republicanos irlandeses la entrega de armas sin una agenda previa de conversaciones no implica un gesto de confianza, como sugiere el Gobierno británico, sino una proclamación de la derrota del IRA.

El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Dick Spring, se ha mostrado algo esperanzado por lograr una solución que evite la actual parálisis que sufren las negociaciones. En cualquier caso, el proceso de paz difícilmente cristalizará antes de la llegada de Clinton, prevista para el martes.