No pueden superar su propio techo
Skid Row puede considerarse afortunado por conocer el éxito desde la línea de salida. Pero con el tiempo su primer álbum se ha terminado por convertir en un techo que no encuentra comparación posible con la discogra5a. posterior. El grupo de New Jersey eleva las dosis de agresividad sin acertar en la calidad de las canciones. Todo esto tuvo su traducción en directo ante un público, de todas formas, muy entregado.Hubo mayor población femenina, de lo habitual en un concierto de rock duro y la justificación a ese hecho está en la rubia presencia de su vocalista Sebastián Bach, que se esforzó en comunicarse con el público.
En escena, Skid Row se manifiesta con un ardor juvenil que no sabe de inhibiciones. Hay sudor y energía a borbotones, aunque se exprese a través de un sonido que resultó bastante pobre y confuso.
Skid Row
Sebastián Bach (voz), Dave Sabo. (guitarra) Rachel Bolan (guitarra), Scotti Hill (bajo), Rob Affuso (batería). Sala La Riviera. Precio: 2.800 pesetas.Entrada: 2000 espectadores. Madrid, 19 de noviembre de 1995.
El quinteto ha ido sumando algunas influencias del rock de los noventa en Subhuman Race, un disco que no termina de con vencer en su intento de adaptarse a los tiempos que corren. Por otro lado, Skid Row no renuncia ni a la etiqueta de heavy metal, a la que muchos otros grupos rehuyen, ni a la, urgencia del punk. El problema es que el resultado final queda un tanto desdibujado. Como musicalmente el grupo no pasa de aprobado, habrá que concluir que se le ha sobrevalorado la categoría del mismo.
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