Ni la familia moderna ni la planificación logran frenar los embarazos de menores
6.695 españolas que abortaron en 1994 tenían menos de 20 años
Los embarazos y los abortos de adolescentes no remiten. Algo parece fallar en la información sexual o en la familia cuando el 14% de las mujeres que abortaron en España en 1994 son menores de 20 años, según datos aportados la semana pasada por la ministra de Sanidad, Ángeles Amador, en el Congreso. La ministra calificó de "preocupante" la cifra de 6.695 jóvenes entre las 47.832 españolas que abortaron. El porcentaje -similar desde 1990, aunque en 1994 aumentó ligeramente- contradice la imagen de una sociedad que se ve a sí misma como volcada a la modernidad.
"No hay una verdadera educación sexual para los adolescentes, es mentira", dice Marisa Castro, concejal de IU en el Ayuntamiento de Madrid y empresaria de la clínica Isadora. "Y, sobre todo, en la familia ha habido una dejación de responsabilidades y no se habla de estos temas. Los padres siguen pensando: 'A la mía no le pasa'. Tanto padres como adolescentes piensan que en esta sociedad ya todos nos lo sabemos todo. Y no. La familia, el mundo de las emociones, es lo que más influye en las personas. Y si se piensa que estos temas no hay por qué hablarlos, que la libertad es la de los lirios del campo, si no se ponen valores sobre la mesa, pasa lo que pasa. No hemos avanzado".Castro cree que hay muchos fallos: "La información se pierde, porque no alcanza al destinatario, el adolescente. Habría que empezar en la escuela, y diferenciando claramente sexualidad y maternidad. Los chicos se acuestan y te dicen: 'Hemos puesto todos los medios'. Y luego te explican, por ejemplo que él se había lavado el pene con agua fría, porque una amiga se lo había dicho. Así que no sólo hay riesgo de embarazo, sino de enfermedades de transmisión sexual.
La ministra dio el dato de que el 72% de las menores que abortaron en 1994 no habían ido a un centro de planificación en los dos últimos años. Castro tiene una explicación: "No van porque resulta que es el mismo centro a que va su madre, o su tía, y tienen miedo. No hay centro específico para ellos. Por tanto, no es cierto que tengan fácil acceso a medios anticonceptivos". Otras opiniones coinciden: "Los centros públicos están abarrotados, y los privados son caros para las menores", dice Victoria Virtudes, portavoz de la clínica Dátor, la que más abortos practica en la Comunidad de Madrid. "Faltan centros de planificación para jóvenes".
Condón invisible
También Empar Pineda, presidente de la Comisión del Derecho al Aborto, ve que la información no cala. "En este dichoso siglo de la imagen", dice, "una campañita de segundos en televisión, el famoso 'Póntelo, pónselo' por ejemplo, no va muy lejos. Tengamos en cuenta que ni una sola película o telefilme, en una escena de cama entre mujer y hombre, muestra el momento de poner el condón".
Pineda piensa además que en la familia no hay comunicación sobre lo sexual. "Y cuando la chica se queda embarazada, la madre dice: '¿Cómo no me lo dijo antes?'. Si nunca han hablado del asunto, me parece normal que la chica se calle". "Los padres, de dos años a esta parte, son más receptivos", dice Virtudes. "Acompañan a la hija embarazada, la instan a decidir ella. Y te cuentan, incluso, que facilitan anticonceptivos a sus hijos. Pero si les preguntas:
'¿Y les dijo cómo usarlo?', reconocen que no. De ahí que la mayoría de los embarazos de menores ocurran por mala utilización del preservativo, o por no usar nada. Eso ha aumentado".
¿Soluciones? Marisa Castro insiste en que la familia es la madre del cordero. "Mientras en familia no cambie el abordaje del tema, no saldremos del círculo vicioso", dice. "Necesitamos planes de acción que abarquen simultáneamente familia y escuela, y que se inculque valores reales. El mundo es más hedonista que nunca, y los adolescentes viven al día. Y el futuro a veces es un embarazo no deseado, que se resuelve con una agresión como el aborto o con la tremenda carga de una maternidad no deseada".
Castro ve imprescindible un cambio en los medios de información. "No se esfuerzan en ir al meollo del problema, y remachan en argumentos falsos como el de que todo va bien y que la gente, incluso los adolescentes, son más libres. Una serie de televisión que planteara las cosas como son y los valores que hacen falta vendría muy bien. No tiene sentido mostrar familias en televisión que parecen americanas".
"El cúmulo de errores y carencias lleva al aborto", dice Victoria Virtudes. "Y no es un método anticonceptivo. Es un mal menor. Y una vez, vale. Pero dos, es una tragedia. Recientemente, tuvimos el caso de una niña de 11 años. Hay cosas que ya son mucho".
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