La Cámara baja prohibe a Clinton enviar tropas a la antigua Yugoslavia sin permiso del Congreso
La Cámara de Representantes norteamericana ha prohibido a Bill Clinton enviar tropas a Bosnia sin contar previamente con el permiso del Congreso. Aunque el Senado no ha respaldado todavía esa ley y el presidente ha prometido vetarla si eso llegase a ocurrir, la iniciativa republicana deja a Clinton solo en su estrategia en los Balcanes y hace más difícil la paz en esa región. La Casa Blanca parece decidida, en todo caso, a enviar al menos un primer contingente de soldados norteamericanos a Bosnia inmediatamente después de que haya sido firmado un acuerdo entre las partes en las negociaciones de Dayton.
El portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, declaró que la acción de la Cámara, controlada por el Partido Republicano, supone un serio obstáculo en la marcha de las conversaciones en la base aérea de Wright Patterson, en el Estado de Ohio. "Nos encontramos ante la mejor esperanza de paz en los Balcanes en cuatro años, y la Cámara toma una medida, en un momento decisivo de las negociaciones, que resulta destructiva y absurda", dijo Burns.Fuentes que siguen de cerca la marcha de las conversaciones en Dayton añadieron que, afortunadamente, las tres delegaciones tienen en este momento tantos papeles sobre la mesa, tantos detalles por resolver, que no tuvieron demasiado tiempo para ocuparse del impacto de la decisión del Congreso.
La Administración norteamericana parece haber asegurado a bosnios, serbios y croatas, según esas fuentes, que, ocurra lo que ocurra en Washington, Clinton seguirá adelante con sus planes de desplegar fuerzas de paz en Bosnia, y que un primer contingente de avanzada podría estar sobre el terreno una semana después de la firma del acuerdo.
El secretario de Defensa, William Perry, que se reunió el viernes con las delegaciones negociadoras en Dayton, les explicó que la OTAN tenía muy avanzados los planes para desplegar una fuerza de unos 60.000 hombres para garantizar el cumplimiento de los acuerdos que se tomasen. Perry les aseguró también que EE UU contribuirá a esa fuerza con unos 20.000 soldados, y que asumirá el mando de la operación y sus principales responsabilidades. Una fuente bosnia describió los planteamientos hechos por el jefe del Pentágono como "esperanzadores".
Para cumplir con esas promesas, Bill Clinton va a tener que tomar un considerable riesgo político en un clima interior de alta tensión entre demócratas y republicanos. La ley aprobada por la Cámara de Representantes, presidida por Newt Gingrich, por 243 votos contra 171 responde a una opinión pública mayoritariamente contraria a arriesgar soldados norteamericanos en la solución del conflicto de Bosnia.
Tal como han reconocido ante el Congreso el Departamento de Estado y el Pentágono, la operación militar en Bosnia no está exenta de serios peligros. La fuerza de paz multinacional va a encontrarse allí, probablemente, con grupos armados que desafíen el eventual acuerdo de paz. Soldados norteamericanos pueden, por tanto, perder la vida en la defensa de ese acuerdo. Después de las últimas experiencias en el uso de tropas en el exterior, el presidente Clinton va a afrontar serios problemas en casa si se producen bajas estadounidenses en una operación a la que el Congreso se ha opuesto.
Otra de las dificultades para la Administración será la del dinero. La ley aprobada por la Cámara deja en manos del Congreso la aprobación de fondos para el despliegue de tropas en Bosnia. Sin ellos será complicado mantener esa misión.
Los demócratas interpretan la decisión de los congresistas republicanos como una forma de venganza por la actitud de la Casa Blanca en el actual conflicto sobre el presupuesto, que ha obligado al cierre, por quinto día consecutivo ya, de cerca de la mitad de los servicios públicos.
El representante demócrata James Moran manifestó durante el debate parlamentario, que concluyó a altas horas de la noche del viernes, que la acción republicana era "políticamente sospechosa en su motivación". Lee Hamilton, demócrata, dijo que la ley aprobada "simplemente le prohíbe al presidente actuar como comandante en jefe", y le da a serbios, croatas y bosnios la excusa para retrasar el acuerdo".
Algunos representantes republicanos habían presionado para que la votación de esa ley se hiciera precisamente antes de que concluyesen las conversaciones de Dayton y coincidiendo con el conflicto presupuestario, de modo que el Congreso pueda tener un instrumento más en su negociación con la Casa Blanca.
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