Ministro de Exteriores con ambición nacional

Javier Solana ocupa desde hace más de tres años la cartera de Exteriores pero cuando está relajado y en confianza le gusta sobre todo hablar de los "asuntos de casa" y no de política internacional. Se le atribuye la ambición de querer encabezar el cartel electoral del PSOE en las próximas legislativas en lugar del presidente Felipe González, que se presentaría a diputado pero no como cabeza de lista.De ahí que, si en los próximos días, fuese solicitado por las otras 15 capitales de la OTAN para desempeñar, la secretaría general, Solana se encontraría sumido en un dilema: elegir entre sus proyectos nacionales y una carrera al frente de una organización internacional.

Se podría reproducir así la situación por la que pasó González en junio de 1994 cuando el primer ministro británico, John Major, vetó en la cumbre de Corfú (Grecia) a su colega belga, Jean Luc Dehaene, para dirigir la Comisión Europea. El nombre del presidente español emergio entonces como un candidato de consenso, pero González rechazó la oferta porque consideraba que aún tenía por delante una tarea política en España.

Desde hace 48 horas, Solana ha dejado de desmentir el rumor. "Lo deja crecer con la esperanza de que engrandezca su estatura política en España", asegura un diplomático. Por ahora, Solana haría lo mismo que González porque cree que, tras las elecciones, el PSOE puede seguir gobernando con un pacto de legislatura con vascos y catalanes.