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Las condiciones de acceso a la moneda única no cambiarán para países rezagados, según el IME

Xavier Vidal-Folch

Las condiciones de acceso a la moneda única pactadas en Maastricht serán las mismas para los que accedan en la primera oleada que para los países rezagados -entre ellos, probablemente España- que se suban al carro con posterioridad. Así lo defendió ayer Alexandre Lamfalussy, presidente del Instituto Monetario Europeo (IME), que agrupa a los gobernadores de los bancos centrales de los Quince. Lamfalussy aplaudió el "pacto de estabilidad" lanzado por el ministro de Finanzas alemán, Theo Walgel, para asegurar que la lucha contra el déficit presupuestario se mantenga en los niveles de Maastricht después de iniciada la unificación monetaria

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Lamfalussy presentó ayer el documento El paso a la moneda única, la base del escenario que los ministros de Economía aprobarán en el Ecofin del próximo día 27 y ratificará el Consejo Europeo de Madrid. El texto desarrolla las grandes líneas trazadas en el Ecofin (ministros de Economía de la UE) informal de Valencia (véase información adjunta), especialmente en cuanto a la flexibilidad de adaptación a la divisa única de bancos y empresas.Lo más interesante de la sesión fue que empezó a entrarse de lleno en el trato a los países de la segunda velocidad -los llamados out- y sus relaciones con los de la primera velocidad, los que entrarán en la primera oleada de la moneda única -también conocidos como in-, para evitar turbulencias en el mercado monetario.

La discusión estriba en si pueden endurecerse los criterios de acceso a la moneda única, no ya ahora -lo que se descartó en la cumbre de Formentor y en Valencia- sino después, una vez iniciada la tercera fase de la unión. Lamfalussy fue contundente. Se manifestó de acuerdo con la tesis de la Comisión Europea: "El Tratado no prescribe a los paises, que queden temporalmente fuera nuevos criterios para entrar, accederán si cumplen los requisitos de convergencia" ya pactados, dijo. "De ninguna manera propongo cambiar la naturaleza de los requisitos", especificó el guardián de la ortodoxia monetaria europea.

Doble mecanismo

La especulación y turbulencias que puedan cernirse sobre las monedas más débiles excluidas. del grupo de cabeza se reducirán, en su opinión, mediante un mecanismo doble. Primeró, que "Ia elección" de los países de la primera velocidad "sea correcta", es decir, estricta que "dé pruebas de la apuesta por la estabilidad monetaria". Segunda, que "'se prosigan de forma consistente os esfuerzos de convergencia" por los países rezagados. Lamfalussy cree "muy probable" que unos cuantos países estén en condiciones de acceder al ecu, euro -o como acabe llamándose la moneda única "un año más tarde" de iniciarse la tercera fase, que comenzará el 1 de enero de 1999.

Son los países con buena conducta, pero que han proresado a un, ritmo insuficiente en el saneamiento de sus fianzas públicas. La manera de evitar que les afecten las turbulencias, insistió, es que demuestren al mercado que prosiguen el cumplimiento de su programa de convergencia". Un problema no resuelto estriba en cómo los out se adaptarán técnicamente cuando el proceso ya haya empezado, porque los in dispondrán de tres años para introducir todos los cambios.

El presidente del IME aconsejó que inviertan desde el principio en la adaptación, lo que "constituirá un motivo más de credibilidad" para ellos, y aportó como ejemplo que banqueros, de países débiles están dispuestos a realizar desde el primer momento esas inversiones, "aunque será más complicado en el sector público".

Aunque dejó claro su respeto al Tratado" Lamfalussy reconoció también que la relación entre la primera y la segunda velocidad será polémica. "La elección de los países [candidatos al grupo de cabeza que se realizará a principios de 1998] será muy difícil de manejar políticamente a no ser que desde mucho tiempo las relaciones entre éstos y los que queden temporalemnte fuera estén perfectamente claras". Los dos principios que deben inspirarlas "en mi opinión personal" dijo por tercera vez, son la continuación de la convergencia y añadió, estabilizar la relación real de intercambio" de forma que se eviten distorsiones en el mercado interior, provocadas por oscilaciones excesivas de los excluidos o devaluaciones competitivas.

Multas automáticas

Pero toda esta defensa de los países rezagados no fue un cheque en blanco para que cuando entren vuelvan a las. andadas del déficit público. "Comparto plenamente las motivaciones de Waigel" en su propuesta de pacto de estabilidad, señaló Lamfalussy. El ministro alemán ha preconizado que, una vez iniciada la unificación monetaria, el socio que afloje el rigor. presupuestario sea castigado con una multa automática del 25% del PIR por cada punto de aumento de su déficit por encima del 3% del PIB, multa que la Comisión ha considerao "exagerada".

El responsable del IME eludió definirse sobre la cuantía concreta, pero defendió su filosofía "porque la estabilidad monetaria requiere altos grados de coordinación.

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