Una profesión de moda
El local de la Unión de Actores (UA) madrileños huele a flores secas. Las paredes están decoradas con carteles de obras que se han representado en el teatro y anuncios en los que se recuerda a los artistas que deben exigir contratos de trabajo. Miguel Foronda, el secretario de organización de este sindicato que se fundó en 1987, no cree que las subvenciones ayuden excesivamente al sector. Como sistema de financiación, Foronda se muestra más partidario de los créditos blandos, que de las subvenciones.La falta de autores españoles, el mal estado de algunas salas y la presencia de los directores estrella son, según Foronda, algunas de las causas de la crisis en que se halla inmerso el teatro. A su juicio, los centros dramáticos nacionales tampoco han beneficiado al sector porque "han acostumbrado al público a los grandes montajes".
La Unión de Actores madrileños cuenta con alrededor de 1.000 afiliados, pero el número de intérpretes en la Comunidad se aproxima a los 3.000. Uno de los problemas añadidos en el sector es el intrusismo. Todos quieren ser actores. Por las oficinas de la UA ha pasado más de una azafata de programas televisivos tipo El precio justo para hacerse el carné. "Se lo negamos", replica Foronda, "porque para ser actor hay que tener realizados los estudios oficiales o poder justificar que se ha trabajado como actor".
En Madrid, además de la Real Escuela Superior de Arte Dramático funcionan 30 academias de interpretación. Y es que entre los jóvenes, que acaban la carrera y que no encuentran trabajo, el teatro se ha puesto de moda. El chivato, las hojas de taquilla facilitadas por la Sociedad General de Autores, muestran que el público acude al teatro especialmente los fines de semana. El jueves 21 de septiembre acudieron a los centros de Madrid 3.253 espectadores y se recaudaron 9 millones; la cifra se dobló el sábado anterior, día 16, Con 10.445 espectadores. Las estadísticas muestran también que la afluencia de público baja en las grandes ciudades" (más en Madrid que en Barcelona), y sube en las pequeñas.
Babelia
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