"La música en Europa es una necesidad; en América, un lujo"
Es el perfecto ejemplo del músico integral. Es director, compositor y pianista, y en los tres campos sobresale con brillantez. Nacido en Berlín en 1929, su familia judía se vio obligada a huir poco antes del estallido de la II Guerra Mundial y se instaló, primero en París, y más tarde en California (Estados Unidos). Ex marido de la actriz Mía Farrow, Previn trabajó durante muchos años en Hollywood, donde consiguió, cuatro oscars como autor de las bandas sonoras de cuatro filmes. Este hombre bajito y encantador, al que no le interesa nada la música pop, es un trabajador infatigabIe que ha dirigido y dirige a todas las grandes orquestas del mundo. Ayer estuvo en Madrid al frente de la London Symphony Orchestra, de la que es director honorífico, interpretando una sinfonía de H. Shapero y un concierto para violín de Beethoven, con Anne Sophie Mutter como solista.
Pregunta. Leer su biografía es apabullante. ¿Es consciente de que fue un niño prodigio y sigue siendo un hombre prodigio?
Respuesta. Nunca he sido un niño,prodigio. Los niños prodigio son los que tocan en pantalón corto y yo nunca lo hice. Empecé a tocar muy pronto, pero hasta los 16 años no comencé realmente a trabajar. Tengo muchas actividades, estoy interesado en muchos tipos de música. Aunque principalmente dirijo, también toco música de cámara, interpreto jazz al piano y compongo todo el tiempo Estoy siempre muy ocupado. En este sentido, si por hombre prodigio se entiende un hombre muy ocupado, entonces sí.
P. En España hay un refrán, que dice que el que mucho abarca poco aprieta. ¿No le resulta agobiante compatibilizar tantos campos de la música?
R. Creo que lo realmente difícil es hacer cualquier cosa bien, da igual hacer una o diez. Mientras me sigan dejando hacer muchas cosas diferentes, estaré encantado de hacerlas.
P. ¿Cuál cree que es la aportación más importante de los músicos europeos a las orquestas americanas?
R. La diferencia y la barrera entre los músicos europeos y americanos es cada vez menos definible. En las orquestas americanas hay muchos europeos tocando, pero también en las europeas hay cada vez más americanos. Yo, a pesar de ser americano, necesito trabajar unos meses al año en Europa.
P. ¿Por qué?
R. En Europa están muchas de mis orquestas favoritas: la Filarmónica de Viena, la London Symphony, la Filarmónica de Berlín, el Concertegebouw de Amsterdam. Nunca podría renunciar a ellas. También porque en Europa la música es una necesidad y en América un lujo. Necesito ser partícipe de esa necesidad.
P. A pesar de haber nacido en Alemania, ¿se considera americano?
R. Me considero más americano que otra cosa. Tengo pasaporte americano. Pero he vivido 25 años en Inglaterra y paso prácticamente seis meses al año en Europa, trabajando mucho en Austria y Alemania, por lo cual me siento también muy europeo. En las enciclopedias, aparezco en la lista de directores alemanes y también en la de los americanos.
P. ¿Cree que el público acepta la música contemporánea o por el contrario quiere oír siempre música de repertorio?
R. Depende de lo que se entienda por música contemporánea. Hay un tipo que le gusta a todo el mundo, al público, a los intérpretes y a los directores. Creo que hoy en día la música contemporánea goza de mayor aceptación de la que tuvo en el pasado.
P. Entonces, ¿usted como compositor no se siente un incomprendido de su tiempo?
R. No me preocupa si soy aceptado, o no. Nunca pienso en eso. No compongo música vanguardista. Hay gente que considera mi música demasiado moderna y otros pasada de moda, pero a mí me da igual. Mientras haya músicos lo suficientemente halagadores como para querer interpretar mis composiciones, lo seguiré haciendo. Escribo lo que siento.
P. ¿Cómo ve el futuro de las grandes orquestas?
R. Hay un fenómeno exclusivo del siglo XX, que son las orquestas integradas por jóvenes y que son extraordinarias, colosales. Yo, por ejemplo, soy profesor en un instituto en Filadelfia y le aseguro que cuando dirijo la orquesta del instituto no noto tanta diferencia entre ellos y la sinfónica de la ciudad. Igual ocurre en Europa, donde hay profusión de orquestas jóvenes. Todos estos jóvenes en el futuro formarán parte de las sinfónicas. En este sentido, nunca he sido tan optimista sobre él futuro de las grandes orquestas, precisamente porque cada vez hay mas gente joven con talento que lo que desean profesionalmente es trabajar como músicos en esas orquestas.
P. Usted ha grabado muchos discos. ¿No cree que la perfecta técnica en el mundo de la grabación resta emoción y sensibilidad a la música?,
R. Me gusta mucho grabar discos, es verdad, pero confieso que no hay nada comparable a los conciertos en directo. Lo que más me gusta es grabar discos de conciertos en directo, como hago con la Filarmónica de Viena, en los que hay a lo mejor un pequeño error y eso hace que el disco sea más humano. Lo que me parece peligroso es poner un disco sabiendo de antemano que todo, absolutamente todo, va a ser perfecto.
P. ¿Es en el jazz: donde se encuentra más a gusto como músico?
R. No. Mi profesión principal no ha sido nunca la de pianista de jazz. Soy, fundamentalmente un director. De los 120 conciertos al año que doy, 30 lo doy como pianista de cárnara. Sólo hago un disco de jázz al año y, en ocasiónes, toco,jazz durante dos semanas al año, pero eso es lo único.
P. ¿Es capaz de decir qué músicos le han influido más?
R. Sólo, contestaría eso por un millón de dólares. [Ríe a carcajadas]. Si dijera cinco, en cuanto cruzara la puerta me daría cuenta de que había olvidado a otros cinco y no me sentiría bien.
P. Desde 1964, no ha compuesto música para películas. ¿Su paso por Hollywood se puede considerar la parte menos seria de su carrera?
R. Me ha dejado de interesar. Cuando trabajé en Hollywood me divertía muchísimo, fundamentalmente porque estaba rodeado de gente de mucho talento, incluso me sentía amedrentado. Ahora ese mundo ha dejado de amedrentarme y por eso de interesarme.
P. ¿Los cuatro oscars conseguidos en Hollywood le ayudaron en su carrera musical?
R. No. Los oscars sólo tienen importancia durante 24 horas. Fueron importantes durante el tiempo que trabajé en Hollywood, porque me ayudaron en mi carrera, dentro del mundo del cine, pero pasado un año nadie se acuerda de quién lo ganó el año anterior.
P. ¿Cómo ha vivido como judío el asesinato de Isaac Rabin, primer ministro de Israel?
R. Prefiero no contestar.
P. Usted conoció el mundo de Hollywood gracias también a su matrimonio con la actriz Mía Farrow. ¿Mantiene todavía algún tipo de relación con ella?
R. Empecé a trabajar en Hollywood mucho antes de conocer a Mía, con la que sigo manteniendo relaciones de amistad y a la que veo de vez en cuando.
P. Entonces, ¿le ha dolido el espectáculo ofrecido por Mía Farrow y Woody Allen durante su conflictiva separación?
R. Mi opinión sobre Woody Allen no se puede decir en público. Sabía que ésa sería la última pregunta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.