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Las 'elecciones de la reconciliación' rompen el abstencionismo en Guatemala

Los temores a una abstención masiva en las elecciones generales de Guatemala, se disiparon a media mañana de ayer, cuando la afluencia a las urnas, de donde saldrán elegidos el presidente, los diputados y los alcaldes, duplicaba la participación a esas horas de anteriores convocatorias. La jornada electoral empezó con el anuncio deque el sobrino de la premio Nobel Rigoberta Menchú no fue secuestrado. La abstención, que ha llegado en alguna ocasión al 80%, se había convertido en el principal enemigo en unos comicios considerados como la puerta a la reconciliación del país, sumido en un conflicto armado desde hace 35 años -el más largo de América Latina-,que ha costado más de 100.000 vidas.

Los llamamientos al voto llegaron de todo el espectro político, incluida la izquierda, que. por primera vez en. cuatro décadas participa en unas elecciones, las terceras desde que se restableció la Constitución hace 10 años. En las regiones del interior, la votación se desarrollaba de forma mucho más lenta, por el difícil acceso a las cabeceras municipales. Alrededor de 6,50 observadores internacionales vigilan que no se cometan irregularidades ni actos de intimidación.Riadas de familias vestidas de domingo se desparramaban en el Instituto Fischmann de la capital guatemalteca, convertido en colegio electoral. Santano Sicajal, vendedor ambulante, votó con las bolsas de cacahuetes al hombro y con los auriculares rezumando "puro rock americano". "Voto por el Frente Republicano Guatemalteco [FGR fundado por el general golpista . Efraín Ríos Montt, a quien la Constitución ha impedido su candidatura]. El, general es un hombre rígido, a ver si nos calma un Poco, porque con la delincuencia ya no anda tranquilo uno". Sicajal apenas conoce al candidato real del FRG, Alfonso Portillo, segundo en las encuestas electorales. "De ése casi no se sabe nada. El general es el que lo lleva todo", afirma.

Indios mayas

En otra mesa, una familia indígena -el 60% de la población guatemalteca es india maya-, emigrada de la conflictiva región del Quiché, acababa de votar. "Queremos que haiga un cambio. La canasta (compra) básica está muy cara", explicaba tímidamente la mujer. Reconocen tener miedo al triunfo de Ríos Montt, sangriento flagelo de las comunidades indígenas en territorio de la guerrilla, pero no se atreven a decir por quién han votado. Finalmente el marido se anima. "Cómo decirle..., nos gustaría tener más PAN".

Es posible que los deseos se cumplan: el Partido de Avanzada Nacional (PAN), que dirige el liberal Alvaro Arzú, encabeza los sondeos de intención de voto. Sin embargo, todas las previsiones apuntan a que ningún candidato conseguirá la. mayoría absoluta, por lo que la segunda vuelta parece inevitable.

El panorama, globalmente tranquilo, se vio enturbiado por el tiroteo sufrido por la sede regional de la Misión de las Naciones Unidas en Guatemala (Minugua) en la noche del sábado. Una veintena de balazos, disparados desde un automóvil, impactaron contra el edificio, sin causar víctimas.

La otra sombra que pesaba sobre los comicios desde hace nueve días, el secuestro del sobrino de la dirigente indígena y premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, se diluyó por sí solo: el pequeño, de 22 meses, se encontraba en realidad en casa de su abuela paterna debido a una pelea entre sus padres. Todo un respiro para las autoridades guatemaltecas, acorraladas por las acusaciones de Menchú, que habló de "motivaciones políticas" e implicó a "importantes sectores" en el suceso.En realidad, toda la campafía electoral se ha desarrollado de forma espectacularmente pacífica, con los 19 principales candidatos a la presidencia recorriendo el país sin mayores problemas de seguridad.

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