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El gerente del Bilbao informó a sus jefes de que el viento había afectado al andamio

El ex gerente del cine Bilbao Casimiro Mato notificó por escrito a la dirección de su empresa que el cartel de la película que se proyectaba cuando se produjo el siniestro se había desplazado a raíz de una ventolera registrada el 4 de diciembre de 1992, horas después de instalarse y casi dos meses antes de la tragedia. Maroto, que ayer prestó declaración como testigo en el juicio, comunicó la anomalía a la oficina central de Bilbao, SA, y explicó que había avisado a los bomberos ante el peligro de que se cayera el cartel y el andamio que lo sustentaba.

Florentino Reyzábal, copropietario del cine Bilbao, indicó el primer día del juicio que desconocía que se hubiese colocado un andamio sobre la marquesina para sujetar el cartel del filme Sister act. Tras oír el testimonio del ex gerente, Martín Sánchez Ferrero, abogado de Raquel Arce, una de las supervivientes del siniestro, pidió al juez que requiriera a la empresa Bilbao, SA, el informe remitido por el gerente. El magistrado Ramón Rodríguez Jackson aceptó la petición.El cartel anunciador de Sister act se salía de lo común. Su tamaño era superior a los habituales (12 por 18 metros). La productora de la película quería una promoción especial para esa película, por lo que pactó con Bilbao, SA, pagar un 50% de los gastos necesarios para instalarlo, pues el panel habitual del cine, adosado a su fachada, era insuficiente; y esa operación -que costó un millón de pesetas- requería instalar un andamio. Bilbao, SA, ,encargó la misión al pintor Gaspar Pérez, -ya fallecido. Este subcontrató el trabajo con la empresa Andamios In, y ésta, a su vez, subcontrató el montaje y desmontaje de la estructura metálica con JF Montajes. El andamio se levantó apoyando su pelo en la marquesina, delante del panel habitual del cine. Sólo unas horas después de estar todo instalado se levantó en Madrid un viento huracanado que, merced al llamado efecto vela, provocó un abombamiento del cartel. Los bomberos se subieron a la marquesina, y rajaron la tela del cartel. Esto ocurría en la noche del 4 de diciembre. Nadie se percató entonces del mal estado de la marquesina.

Dos de los policías municipales que interrumpieron aquella noche el tráfico en la calle de Fuencarral, mientras los bomberos rajaban el cartel, testificaron ayer en el juicio. Reconocieron que no pidieron la licencia de obras por la instalación del andiamio. De todas formas, no la habrían hallado, porque el cine carecía de ella.

2.400 kilos de peso

A pesar de la envergadura de la obra, Reyzábal (propietario, junto con sus tres hermanos, de más de una docena de salas de cine de Madrid) confesó durante el juicio que desconocía que se hubiese instalado un andamío sobre la marquesina. De ahí que el juez pidiese ayer a Bilbao, SA, la remisión del escrito que Maroto, días después de la ventolera, envió a su dirección explicando lo ocurrido.El informe probaría, si es que aparece, que en la sede central de Bilbao, SA, era conocida la existencia del andamio. O lo que es igual, de 2.400 kilos de peso apoyados sobre una marquesina construida en 1930 y que, según los peritos, estaba en una situación semirruinosa.

Todas las personas que, por uno u otro motivo, vieron la marquesina antes del siniestro aseguran, no obstante, que su aspecto era normal y que nada hacía pensar que estuviese corroída. El gerente del cine admitió ayer, a preguntas del juez y de varios abogados, que durante "los 10 meses" que estuvo como gerente de la salano vio a ningún técnico inspeccionar el voladizo.

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En la cuarta sesión del juicio por este desastre, que comenzó el lunes día 6 y está previsto que dure todo el mes, prestaron declaración dos de los tres obreros que trabajaban en el desmontaje del andamio cuando la marquesina se desplomó y mató a seis personas e hirió a otras 12 que pasaban por la calle o hacían cola frente a la taquilla de la sala.

El fiscal asegura en su informe (en el que imputa el desastre a seis personas: el dueño del cine, tres responsables de Andamios In y otras dos personas vinculadas a JF Montajes) que la marquesina se vino abajo porque los obreros apilaron los tubos que iban desmontando del andamio en una esquina del voladizo. Ambos obreros dijeron, a través de un traductor de árabe, que no amontonaron los tubos, sino que los esparcieron en pequeños montones.

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