Desaparece un centro emblemático de la secundaria británica

Hackney Downs, la escuela secundaria británica por donde han pasado políticos, actores como Michael Caine o dramaturgos de la talla de Harold Pinter, es ya historia. El centro ha sucumbido al deterioro de sus instalaciones, las dimisiones del profesorado y el absentismo y violencia de buena parte del alumnado. Pero, sobre todo, ha sido vctima de la indecisión y el abandono final derivado de las rencillas entre sucesivos consistorios, conservadores y laboristas, encargados de su gerencia. Es la primera vez que el Ministerio de Educación interviene en el cierre de una institución, aconsejada por su nuevo equipo de inspectores.

El barrio donde se alzan todavía sus aulas es ahora uno de los más deprimidos y conflictivos de la capital británica. El informe ministerial dice que leen y hacen cálculos matemáticos con gran dificultad. Su comportamiento deja mucho que desear y los profesores puntúan los exámenes por encima de la nota real para evitar críticas.

El traslado de los 260 alumnos al cercano Hornerton House, con más de 300 vacantes, no será fácil. Depende del mismo municipio que ha dejado morir a Hackney y sus alumnos presentan problemas similares. "No pienso ir allí. Está lleno de bandas que se burlarán de nosotros". "¿Qué pasará con mis exámenes? Yo prefiero quedarme", se oía en Hackney la pasada semana al anunciarse los resultados del informe. Hundidos, los padres sólo acertaban a expresar su ira. Los profesores tienen prohibido hablar con la prensa, pero su actitud lo decía todo. Los que no han renunciado han luchado por impartir clases en un entorno hostil y se sienten abandonados a su suerte por todos.

Educación lo ve de otro modo: "El equipo de gente está enfermo de desidia y falta de aspiraciones. Las clases eran interrumpidas por alumnos conflictivos y nadie parece aprender lo bastante. Escuelas en situaciones similares han salido adelante sin quejarse tanto. Ni siquiera una reorganización total puede sanar ésta".