"Les llamé sinvergüenzas y les dije que llamaría a la policía"

"Me molestó tanto que estuve golpeando en el tabique, llamándoles sinvergüenzas, y les dije que llamaría a la policía". Dolores Ramos, de 74 años, vecina de los presuntos grapos Enrique Cuadra Echeandía y Concepción González Rodríguez, se pasó casi dos horas oyendo golpes en el piso alquilado por los detenidos en la calle de Agudells, 72, en el barrio del Carmel, de Barcelona. Pero quienes hacían los ruidos no eran Cuadra y González, sino los policías, que reventaron la puerta con un explosivo hacia las 3.30 de la madrugada y comenzaron después a buscar tabiques falsos o dobles fondos de armarios.

Otro de los vecinos, Eusebio López, aseguró que los dos detenidos "no hablaban nunca" con ellos, y añadió que "a ella aún se la veía de vez en cuando tendiendo la ropa, pero a él era casi imposible verlo nunca".

La calle Agudells es típica del barrio del Carmel: empinada, estrecha y con la salida que da a la ladera acabada en unas escaleras, abundantes en la zona. El barrio está integrado en su mayoría por emigrantes que llegaron a Barcelona en oleadas hasta los años setenta y ha crecido un tanto desordenado en las escarpadas laderas que hay entre la tranquila, arbolada y residencial zona de Horta y el histórico parque Güell de Antoni Gaudí.

Perfecto camuflaje

Este barrio, cuya composición social permite un perfecto camufiaje, fue escogido por Enrique Cuadra y su compañera como base de sus operaciones en Barcelona y alrededores.Los dos terroristas, históricos de la banda armada y miembros de su dirección -Cuadra es considerado por la policía como responsable de los grupos armados de los GRAPO- llevaban un año viviendo en el piso, aunque con una prolongada ausencia de más de dos meses durante el pasado verano. Según afirmaron vecinos de los terroristas, éstos estuvieron haciendo obras mucho tiempo.