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Un informe europeo vincula el entorno de Hassan II con el tráfico de hachís

"Marruecos se ha convertido, en unos años, en el primer exportador mundial de hachís y en el primer proveedor del mercado europeo", señala un informe confidencial remitido en 1994 a la Unión Europea (UE) por un organismo de investigación independiente, el Observatorio Geopolítico de las Drogas (OGD). El OGD afirma además que la corrupción imperante en Marruecos asegura la protección de los traficantes a todos los niveles, desde el más humilde funcionario de aduanas hasta los próximos a palacio", y pone en duda que las autoridades marroquíes quieran realmente poner fin al negocio de la droga.

El informe remitido a la UE denuncia las complicidades adquiridas por los traficantes en el seno del reino hachemita, "hasta el primer círculo del poder", y ha sido "filtrado" en Bruselas hacia la oposición marroquí.La posición de primer exportador, mundial de hachís", sigue el informe, "ha sido adquirida con discreción y ante la aparente indiferencia de los Gobiernos de los países amigos. Las más altas autoridades internacionales, con el Fondo Monetario Internacional a la cabeza, no han querido observar en esta situación otra cosa que el retorno al equilibrio en las cuentas del país".

"La voluntad política (declarada por Hassan II, quien, en otoño de 1992, proclamó la 'guerra a la droga') de combatir la droga parece limitarse a un efecto publicitario, destinado a mantener la imagen del país", se dice en el informe del OGD. Y agrega que, contra lo que afirma el Gobierno de Rabat, el desarrollo del comercio internacional del hachís marroquí no es obra exclusiva de traficantes europeos, llegados al país en los años setenta. "Muy jerarquizada, la industria del hachíis integra al menos a 200.000 agricultores" en las regiones del norte. En la cima de la organización se encuentran "los organizadores, barones de la droga que gestionan, financian y controlan, por intermediarios, la comercialización".

Acerca de la protección prestada en medios de poder, el informe citaba en una primera versión los nombres de dos miembros de la familia real -un cuñado y una prima del rey-, dos ex ministros y un diputado nombrado ministro. Los nombres de una serie de presidentes de cámaras de comercio e industria, alcaldes y diputados completaban a lista. La UE, alarmada, solicitó una versión suavizada del informe, sin acusaciones directas.

El monocultivo del kif (la planta del cannabis) se concentra en la región norteña del Rif y cubría, en 1993, una superficie de entre 64.000 y 74.000. hectáreas, según datos del OGD, cuyos expertos estiman que el terreno dedicado a estas plantaciones se ha "multiplicado por diez en los diez últimos años". En otoño de 1992, Hassan II aventuró la extensión dedicada al kif en unas 50.000 hectáreas.

"Marruecos es capaz de producir anualmente más de mil toneladas de hachís destinado a la exportación", dice el informe. Según datos de Interpol, la policía de todo el mundo logró incautar, en 1993, 42 toneladas de hachis de origen marroquí. Aunque el Gobierno de Rabat afirma que su principal fuente de divisas son los 1,2 millones de marroquies que trabajan en el extranjero, el OGI calcula que el comercio de droga genera a Marruecos una suma sin duda superior a los 2.000 millones de francos (unos 50.000 millones de pesetas) que reportan anualmente los inmigrantes.

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Los autores del informe muestran por otra parte su inquietud ante el desarrollo del tráfico de drogas duras a través de Marruecos. "La represión de las drogas duras es inexistente", se señala en el texto. "Conviene tener en la memoria", sigue, "la evolución histórica de Colombia, donde la represión de los cultivos de cannabis ha llevado a una reconversión hacia el tráfico de cocaína, antes de concluir en la producción de opio. Las condiciones agronómicas y climáticas del Rif hacen perfectamente probable" el cultivo de opio.

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