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Entrevista:

"Aznar no puede convertirse en un superfiscal"

Juan José Lucas afronta su segunda legislatura al frente de la presidencia de Castilla y León con una mayoría absoluta estable y sin complicaciones. Asegura en esta entrevista que el Partido Popular es una formación cohesionada y sin posibilidad de desmembramientos en caso de que se sitúe de forma más consistente en el centro político. Para las próximas elecciones generales augura un triunfo sin paliativos al PP y un desastre a los socialistas más fuerte del que ellos mismos piensan. No cree en un reverdecer de la extrema derecha desde posiciones duras de su partido y anuncia que, si ganan, no habrá las venganzas que, asegura , se produjeron tras el triunfo socialista en 1982.Pregunta. ¿Es cierto que existen dos almas en el seno del PP? Dicho de otra manera: el que el Partido Popular se mueva en exceso en el centro político, ¿puede hacer reverdecer a la extrema derecha?

Respuesta. Es impensable que en el PP existan actitudes que se coloquen al margen de sus estatutos y de la propia ejecutiva nacional. El PP es un partido perfectamente homologado con su propia sintonía política a nivel de Europa y, sin ningún género de dudas, cualquier actitud que no coincida con ésas se coloca al margen del partido. La amenaza de que surja un grupo de extrema derecha como alternativa en unas elecciones generales no ha tenido nunca eco, y la que tuvo hace algunos años fue muy escasa. Hoy no tendría sitio en el espectro político español. Pero si el PP se centrara excesivamente y surgiera ese grupo, siempre sería al margen del partido y, a mi juicio, sin representación parlamentaria. Que el Partido Popular pueda tener una influencia en sus dirigentes hacia opciones de una derecha más o menos dura, digo que es impensable e imposible en estos momentos. El PP sabe que el espectro político suyo es el centro moderado, dialogante y de entendimiento con los sectores más desfavorecidos. Yo invitaría a que se examinen las ponencias que sobre temas sociales aprueba el PP en sus congresos, pero, eso sí, con la apuesta clara de que la competitividad, la iniciativa privada y la libre empresa son los elementos que definen al final la riqueza de la sociedad y de las naciones.

P. ¿Por qué Aznar no toma cartas en el asunto Cuiña después de la intervención tan determinante que tuvo en Baleares tras el escándalo del túnel de Sóller?

R. Aznar no puede convertirse en un superfiscal tratando de buscar responsabilidades donde no las hay. Tras el asunto Cuiña no deben existir muchas responsabilidades cuando las autoridades judiciales han pedido el archivo de las actuaciones. Por esa regla de tres, yo no tendría que estar aquí con las denuncias que me ha presentado el PSOE y que siempre han pinchado en hueso. Respecto a Baleares, hubo una actitud de generosidad de su presidente dimitiendo. Estoy seguro de que Cañellas volverá a la política en cuanto se aclare el caso. No se puede estar acusando siempre en barbecho. No se puede estar buscando constantemente el escándalo tratando de homologar a todos por igual. Yo admito el error administrativo y que el político se equivoque; lo que digo también es que tiene que asumir sus responsabilidades. Una cosa es que una Administración pueda equivocarse, cometer un error o que haya una actuación irregular cuyo responsable tendrá después que sufrirlas consecuencias, pero otra cosa es que se institucionalice la delincuencia, como algunas veces hemos visto.

P. ¿Cuántas personas en el PP serían en estos momentos capaces de hacer frente a José María Aznar? ¿Quizá Manuel Fraga?

R. No cabe la polémica Aznar-Fraga porque no hay nadie que apoye a Aznar más que Fraga. Existe un momento de tranquilidad interna del que nunca hemos disfrutado y a pesar del periodo cainita por el que pasamos hace algunos años. En estos momentos no cabe posibilidad alguna de presentar alternativas a José María Aznar.

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P. En su actuación como gobernante, ¿de quién se siente más próximo, de Alberto Ruiz-Gallardón, un castellano de La Mancha, o de Eduardo Zaplana, un mediterráneo recién llegado al Gobierno de la Comunidad Valenciana?

R. Me llevo muy bien con ambos y la comunicación con ellos es fácil, sin problemas. Mis relaciones con otros políticos de otras formaciones son igual de buenas, como, por ejemplo, con Bono o con Rodríguez Ibarra, que pertenecen al PSOE.

P. Desde sectores duros del PP, el presidente de la Comunidad de Madrid está siendo muy criticado. ¿Qué le parece el comportamiento de Alberto Ruiz-Gallardón al frente de la autonomía madrileña?

R. Está haciendo lo que debe hacer con un máximo de lealtad y de independencia. Las decisiones políticas siempre están sujetas a la censura y hay que admitirlas con mucha normalidad.

P. Y Eduardo Zaplana y sus controvertidos nombramientos, ¿qué opinión le merecen?

R. No hay fórmulas mágicas en esto de la política. Zaplana es un hombre que viene del municipalismo y por eso estoy seguro que su gestión será positiva.

P. ¿Será capaz el PP de pactar con Convergència i Unió o con otros nacionalistas, como el PNV, en caso de ganar las próximas elecciones generales y no obtener una mayoría estable en el Congreso de los Diputados?

R. El PP puede ser capaz de pactar con cualquier grupo político porque es una formación que no se cree en posesión de la verdad absoluta y practica el ejercicio de la tolerancia. El PSOE sufrirá un deterioro electoral mucho mayor que el que piensa, pero, en cualquier caso, el PP obtendrá una mayoría estable.

P. Cuando el PSOE ganó las elecciones generales por primera vez, a usted, que era de UCD, le enviaron en su oficina del Inem a ocupar una alta responsabilidad en la fotocopiadora. ¿Cree usted que el PP puede hacer lo mismo con los del PSOE?

R. Cuando ganemos las elecciones generales, en ningún caso va a haber venganzas. Si me dice que si van a seguir los directores generales le digo que no, pero los técnicos cualificados permanecerán en sus puestos. Yo he tenido directores generales del PSOE trabajando en varias consejerías. El error del PSOE ha estado en estos últimos años en intentar copar absolutamente todo. Nosotros entraremos en el Gobierno con mesura y sin considerar, como en el 82, que aquellos funcionarios que no tenían carné socialista eran unos ineficaces, tal y como ocurrió en ministerios como el de Trabajo.

P. Pujol ha vuelto a pedir los archivos históricos de la guerra civil de Salamanca para la Generalitat. ¿Se pondrá usted a la puerta de los archivos salmantinos para evitar que se lleven los documentos?

R. Los archivos tienen unas consideraciones técnicas, políticas e históricas, y las tres razones avalan que sigan custodiados en los archivos de Salamanca. En cualquier caso, no se puede actuar con actitudes belicosas en cuestiones que son al cien por cien de carácter político.

P. ¿Cómo pueden ser las relaciones de José María Aznar con las comunidades autónomas si llega al Gobierno?

R. Serán cordiales y respetuosas, como están siendo con el presidente Felipe González a pesar de que desde que soy presidente de esta región, e incluso antes, no ha venido por Castilla y León.

P. ¿Es positiva la advertencia de Aznar a sus cargos electos de que si no tienen un número determinado de votos en las próximas elecciones generales serán eliminados de sus cargos?

R. No fue exactamente así. Aznar, en la ejecutiva nacional, dijo que habrá una petición de responsabilidades por parte de la ejecutiva para con todos los cargos, cosa que ya se ha venido haciendo. Alguien tiene que tener en este partido memoria histórica para saber que el contacto con el tejido social importa mucho en el PP a la hora de buscar un resultado, porque los políticos no son solamente personajes para salir en la televisión.

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