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DEBATE PRESUPUESTARIO

Solbes se niega a negociar con la oposición decreto de prórroga presupuestaria

O todo o nada. Si el Congreso de los Diputados devuelve hoy los Presupuestos al Gobierno, como todo hace suponer, éste no negociará el contenido del decreto-ley de prórroga presupuestaria. El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes lo dejó ayer muy claro durante la sesión plenaria, en una respuesta al presidente del Partido Popular, José María Aznar: "No entraremos en el juego de que yo le digo no al Presupuesto y luego negociaremos el decreto-ley. A eso le digo que no". "No se trata de un chantaje", añadió Solbes, "porque son ustedes los que dicen no a estos Presupuestos".

, Solbes está decidido a hacer una prórroga del Presupuesto sin más concesiones que las derivadas de compromisos "con la sociedad española, que no debe verse perjudicada en sus intereses inmediatos por tal actitud del Parlamento".En concreto, ese decretó incluirá la revalorización de las pensiones y del sueldo de los funcionarios públicos en un 3,5%, es decir, la inflación prevista. El ministro no mencionó la reducción la tarifa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de la tabla de retenciones. Habrá, eso sí, un recorte del gasto para afrontar sobre todo, el pago de los intereses de la Deuda Pública. Habrá una prórroga automática de las cifras, previstas para 1995, ¿qué pasará, por ejemplo, con la deuda de la Sanidad? El ministro lo dejó también claro: el Presupuesto de 1995 no prevé fondos suficientes para resolver este problema. "Es un debate que tendremos en el futuro", afirmó. En todo caso, haya o no presupuesto, Solbes garantizó que se adoptarán todas las medidas necesarias para situar el déficit público en el 3,5% del producto interior bruto (PIB) en 1996. También, dijo, harán todo lo que esté en sus manos para garantizar la continuidad del crecimiento económico, de la creación de empleo y de la convergencia con Europa "también durante l996".

Peligro comunitario

Solbes no ocultó que, para conseguir estos objetivos, es mejor tener un Presupuesto aprobado que un decreto de prórroga. Se empleó a fondo en argumentar. que hay que evitar los peligros que se plantearán tanto desde el punto de vista de los mercados financieros como desde el punto de vista comunitario".

Un elemento de "riesgo e incertidumbre innecesarios", que, Solbes quiso desterrar ayer mediante la defensa de un presupuesto que, según aseguró, el PSOE presentará otra vez y en los mismos términos si consigue ganar las próximas elecciones. Los objetivos son, además de reducir el déficit, garantizar la cobertura de los gastos sociales, racionalizar el gasto público y apoyar la competitividad, el crecimiento y el empleo. La reducción del déficit es, para Solbes, "irrenunciable", no sólo para que España no quede relegada a ser un país "periférico" en el proceso de la unión económica y monetaria europea. También, porque es la "principal garantía de credibilidad de la política presupuestaria aplicada y servira para reforzar la confianza y, expectativas de los agentes económicos en "una evolución sostenida y no inflacionaria del crecimiento a medio plazo".

Control del gasto

El ministro defendió, sobre todo, la parte social del Presupuesto y el control del gasto público; disculpó el descenso que se producirá en el capítulo de inversiones y apenas se refirió a la parte desagradable, es decir, a la subida de impuestos especiales. Por el contrario, habló de los beneficios fiscales de que disfrutarán las empresas en el caso de que se apruebe el proyecto de Ley del Impuesto de Sociedades, cuya entrada en vigor está prevista para comienzos de 1996. En conjunto, dijo el ministro, la suma de subvenciones otorgadas a través de la política de fomento del empleo y de los beneficios fiscales, van a suponer una ayuda equivalente a más de cinco décimas del PIB en 1996.

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